mayo 20, 2012

Temas olvidados


En este proceso electoral hemos escuchado mucho sobre pocos temas y poco o nada sobre asuntos relevantes para la vida de nuestra sociedad.
Todos los candidatos han delineado con mayor o menor talento su programa de crecimiento económico y de generación de empleos. Curiosamente ayer la candidata panista, Josefina Vázquez Mota hizo una defensa sólida y clara del estado que guarda la economía nacional: no estamos mal. Sin embargo la percepción generada por el proceso político es completamente distinta. 
En el tema de la seguridad y la violencia descomunal que hemos visto, todos se acercan a las mismas ideas. Aquí hay poco que proponer y los candidatos, con algunos matices en derechos humanos y encuadre estratégico, terminan por reconocer que seguirán la misma estrategia que el actual gobierno. Y tienen razón, en este punto no hay inflexión posible, solo dirección y fuerza. 
Frente a casos como la batalla por Sinaloa y el recrudecimiento de la violencia en Nuevo León, para diciembre que asuma el nuevo presidente, el camino no habrá de variar: profesionalización de federales, operativos militares para reforzar a fuerzas locales y purgas transversales en las instituciones de seguridad.
Así podemos ir desgranando los temas y los ruidos. Mucho ruido sobre promesas cumplidas o no, mucho ruido sobre ser o no diferente, mucho ruido sobre la potencia o no de la juventud. Pero pocos temas.
Entre todo este ruido hay  algunos silencios que son más graves o preocupantes que otros, y estos silencios se debiesen de romper para dar paso a dilucidar si hay grandes distancias entre los propios candidatos.
Un tema que no ha relucido en el debate nacional es el de la vida internacional y la agenda nacional frente al mundo. ¿Qué tipo de papel queremos jugar? ¿Cómo recuperamos un lugar en el concierto latinoamericano? ¿Qué potencia y perfil se le dará a la cancillería?
Es relevante porque en unas semanas se realizará en México la reunión de los veinte países más importantes del mundo. El famoso G20. Los Cabos serán escenario de una de las cumbres en las que se discute el mundo, su agenda y se avanzan alianzas estratégicas para atender las grandes preocupaciones globales. 
Se discutirá la crisis económica mundial y en particular la europea, se revisarán acciones colectivas e individuales, los mandatarios se reunirán entre ellos para revisar las relaciones y los temas entre todos los países. Es un momento de enorme importancia global y no tenemos idea de que opinan los candidatos de estos sucesos, o como se asumen frente a las incertidumbres de la globalización.
No sabemos qué les parece más importante si la relación con estados Unidos o con Sudamérica, no sabemos qué opinan de la posición económica de nuestro país en el mundo, ni las prioridades frente los debates globales. No sabemos qué tipo de política internacional querrán impulsar y que estrategias utilizarán para estrechar lazos con otras naciones.
Y es importante este debate porque si algo es cierto es que nuestro país enfrenta una crisis de imagen, la violencia y sus estragos son un tema abordado recurrentemente en noticieros extranjeros y no siempre con una visión equilibrada, más viene estridente. Y nuestra realidad no ayuda, su estridencia es evidente, es cegadora.
Los 49 cadáveres mutilados que aparecieron en Cadereyta son el tipo de noticia que nos construye una reputación, que instala ideas sobre qué es México.
Esto hace aun más crítico que nuestra clase política tenga este tema olvidado. Porque los medios y mecanismos para enderezar la imagen país deben ser puestos sobre la mesa del debate y no sólo pensar en que nuestra solución se dará sola. 
Quitarle a México los tonos de la guerra contra las bandas criminales, se logra con una visión integral del país que somos y del país que queremos ser, y esa definición está ausente de las elecciones, de las campañas.
Me gustaría oír, conocer y entender qué tipo de políticas públicas, estrategias políticas y mecanismos de comercialización sugieren los contendientes para remontar nuestro lugar y asegurar que tanto el turismo como la inversión no nos consideren un lugar poco seguro o disfuncional.
Hoy sabemos todo lo que hace el gobierno federal en este sentido, conocemos la política internacional del presidente Calderón y sabemos que dedicó gran parte del sexenio a recuperar las relacione deterioradas por un foxismo irrespetuoso y beligerante. Sabemos que ProMéxico avanza con campañas de posicionamiento frente a la realidad para dar información precisa a los públicos objetivos de la verdadera magnitud de la inseguridad, y su sectorización. 
Ojala los candidatos recuperen la memoria y hablen de este y otros temas olvidados.


@lucianopascoe

mayo 13, 2012

La última sobre el debate y nos vamos

A Carla, en su primer año de fabulosa maternidad


Francamente el debate ya ha sido suficientemente discutido y analizado, sé que ya todo mundo dio sus múltiples veredictos, que van desde el triunfo de todos los candidatos hasta la derrota de todos.
Sin embargo hay cuatro ideas que me parecen centrales para cerrar ese tema y seguir a otro cosa en nuestra vida pública, la distribución de los temas corresponde a Estrategia Total, que ha lanzado un exquisito sitio de información política y electoral y que se encuentra en www.estrategia2012.com, muy recomendable para acceder a toda la información relevante de nuestra vida pública.
Cuando no perder es ganar. La gran duda quedo resuelta: Peña Nieto encaró a sus críticos, respondió, dio argumentos, esgrimió sus posturas y, más allá de ciertos deslices la conclusión es clara: no cometió errores y salió medianamente intacto.
El puntero no sólo respondió los ataques de Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador, también se mantuvo en la disciplina del “compromiso” e hizo acusaciones a ambos que siguen en la agenda de análisis mediático de la semana. Es decir los tocó, e impuso la agenda de temas que hoy por hoy sus adversarios siguen contestando, rebatiendo y comprobando. Al no perder, ganó tiempo valioso hacia el día de la jornada electoral.
Un segundo lugar indefinido. Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador dedicaron toda su atención a Peña Nieto y nunca se contrastaron mutuamente. El resultado: algunos ataques bien articulados al puntero, pero poca claridad sobre lo que implicaba la “diferencia” de Vázquez Mota, y el “cambio verdadero” de López Obrador.
Ambos terminaron como empezaron, con una notable confusión sobre quién es el segundo lugar. Y esto no es menor frente a los pocos días de campaña que restan, ante la falta de definición sobre el segundo lugar, el voto útil anti priista está aún a la espera para tomar una decisión de por quién irán a votar el primero de julio, y no queda claro si tendrán tiempo alguno de estos candidatos en lograr un consenso competitivo frente al PRI.
Un Presidente intocado. La vasta mayoría del tiempo dedicado estuvo concentrado en los ataques y respuestas del puntero, el gobierno federal y el presidente Calderón, pasaron inadvertidos en todo el proceso de debate. No existieron pronunciamientos de fondo sobre los temas más controversiales, en particular, la estrategia de seguridad, y los indicadores de pobreza y crecimiento económico.
Vázquez Mota no tomó una decisión clara para potenciar la bandera de la continuidad o de la diferencia con la administración actual, dejando pasar la sensación de que la situación económica del país es mala o al menos peor en percepción que en realidad. Esta es una omisión discursiva para los candidatos de oposición, pero también para la candidata panista.
Una sorpresa con consecuencias. Para Quadri este fue su momento de despegue político. El debate le permitió ser el distinto, le dio las herramientas para colocarse como el estadista, el que conocedor, el que tiene propuestas. El que sí se atreve a decir lo que opina.
En un escenario de riesgo cero, el candidato de Nueva Alianza se configuró como una alternativa real para todas aquellas personas que no quieren votar por los partidos tradicionales, o los candidatos tradicionales. Pero además, para el malestar de sus adversarios políticos, Nueva Alianza demostró que su estrategia de ruptura con el PRI y de construcción de una cuarta vía, ha sido por demás redituable, y que además de su capacidad de movilización han logrado conectar con una población amplia.


Mancera, imbatible. 
Ya todos hemos visto las encuestas del Distrito Federal que documentan un crecimiento incesante del candidato del PRD, Miguel Ángel Mancera y un estancamiento del PRI y del PAN. Curiosamente es Acción Nacional quien está en un lejanísimo tercer lugar y esto pone en riesgo varias de sus posiciones en la Asamblea Legislativa y delegaciones. Gran lección para un partido que era segunda fuerza y ahora se desdibuja ante liderazgos poco representativos y sin congruencia política ni estructural. El PAN nunca logró demostrar su viabilidad para ser alternativa de gobierno en la ciudad.
Lo que sí parece que podría afectar a Mancera es la pobrísima campaña de medios que tiene desplegada. Anuncios mal producidos, con audio cantinero y mensajes de consulta en lugar de propuestas de solución, se antojan desfasados para un candidato que debiese de estar, ya, delineando su gobierno y sus acciones.


Twitter: @lucianopascoe

Violencia hacia la verdad


Cuando se ocupa un lugar en una lista en la que se comparten honores con Irak, Somalia, Filipinas, Sri Lanka, Colombia, Nepal, Afganistán, Rusia y Pakistán, puede calcular que el índice medido no será halagüeño.
Y así es. Estos son los países con mayor índice de periodistas asesinados en la impunidad. Nosotros ocupamos el octavo sitio, entre Afganistán y Rusia.
Trágicamente nuestro país ha ido ocupando cada vez más un lugar relevante entre esas naciones en las cuales ser periodista implica correr riesgos importantes. Este es un tema clásicamente politizado para cuestionar a gobiernos, señalando que ellos son responsables de la violencia o que ellos son ineficientes para proteger a los reporteros en sus labores.
Esto es cierto pero también debemos de ser capaces de ver el otro lado de la moneda: somos una sociedad que ningunea y menosprecia el valor de la verdad. No nos gusta que se revelen cosas de nuestra historia. Preferimos que no se toquen temas, porque las verdades que se entrañan nos duelen o molestan. Es más, preferimos decir que sí a peticiones que en el fondo no queremos realizar.
Somos una sociedad que tiene dificultades encarando la verdad, y eso no es exclusivo de los gobiernos o de sus funcionarios. Preferimos callar al historiador que nos revela que el padre de la patria tuvo dos hijos, siendo cura, que entrar en un proceso de desmitificación de nuestro pasado. O que los niños héroes no jugaron en realidad un papel más heroico que defenderse hasta la muerte, sin los añadidos elementos de color como envolverse en una bandera y lanzarse al vacío —siempre he sospechado que atrás de esa historia hay un resbalón o tropezón que explica una caída con una bandera.
Por esta tenue fobia a la verdad es que creo que nos explicamos una posición arisca, desconfiada o titubeante hacia los que, por profesión, se dedican a buscar la verdad y luego a exhibirla. Este hábito creo que se manifiesta con poca pasión, pero de forma transversal en nuestra sociedad. Los burócratas huyen al ver una cámara de video, los vecinos no le abren al reportero que indaga un asesinato en la colonia, los padres deciden no hacer público un abuso de autoridad. Los políticos mandan sendas cartas aclaratorias a sus propios dichos.
No, ser periodista en México no es fácil. Implica que deben enfrentar resistencias, mentiras, tensiones y a veces agresiones. A veces la muerte.
Y este sí un asunto importante, relevante, crítico. Es un asunto que está en crecimiento, los criminales organizados han decidido que abatirán las voces de aquéllos que descubran o develen temas que para ellos son delicados. Han decidido que con balas callarán las voces. Y no hay un periodista en zonas de alto riesgo que no viva jugando con el equilibrio de reportar y no exponerse en extremo.
Yo no soy de aquéllos que creen que todos los periodistas asesinados lo son por su profesión, pero muchos sí. Al final con que exista uno solo, es suficiente. Hay que recuperar el valor del periodismo, del reportero, de la profesión que nos ayuda siempre a entender un poco más nuestro mundo.
Hay que aquilatar las noches que se pierden de sus camas, persiguiendo una historia relevante, desenmascarando la vileza del mundo, documentando atrocidades de gobiernos, o el dolor humano.
No podemos permitir que un estado de terror se instale y limite, merme la posibilidad de que el periodismo libre exista en nuestro país. Que buscar la verdad se remplace por el miedo a encontrarla, que el terror a ejercer con talento y eficiente, y ética el periodismo sea motivo de temor o peor aún, de muerte.
Que estemos en este escandaloso lugar significa que hemos fallado como sociedad, no sólo como gobierno, para cuidar a los reporteros. Que hemos sido indiferentes e indolentes ante la histórica dificultad de lograr erradicar la violencia hacia la honestidad.
No dejemos que este mundo de ataque a las historias se haga realidad. Abatamos la violencia hacia la verdad, desde nuestras propias casas, desde nuestras propias vidas, desde nuestras propias conciencias.
Twitter: @lucianopascoe

Votando por el enemigo


El cansancio y hartazgo que una parte importante de la sociedad siente hacia la clase política, las campañas y el ejercicio de gobierno en general, hace que el debate alrededor del voto nulo o en blanco se reavive y tome nuevos bríos.
El tema está tan vigente que el propio Instituto Federal Electoral hizo un anuncio en el que intenta estimular el voto y además abatir la apatía ciudadana. El spot no es particularmente genial, sobre todo porque no coloca el verdadero dilema en el que la gente está: no les cae nadie lo suficientemente bien para votar por ellos.
Recurrentemente oímos a gente en nuestros eventos sociales o familiares decir que no hay a quién irle y que una parte de nuestra sociedad está entre no votar o anular su voto.
Para mí este tema amerita una reflexión sobre el lugar en el que está nuestra democracia y las exigencias que le hacemos a la misma. Pareciera que desde el año 2000, con la alternancia en la Presidencia de la República, suponíamos que el país cambiaría solo y de golpe, que la democracia y la alternancia en sí mismas eran la solución.
Hoy estamos frente a la realidad: la democracia es sólo una herramienta para ir logrando construir entre todos un tipo de país, un orden social y político con el que podamos implementar cambios y corregir errores. Hoy sabemos que la alternancia por sí misma no alcanza, y que los gobiernos enfrentan dificultades tan extensas que ‘resolver’ todo de un plumazo es una lejana fantasía.
Y es precisamente en ese aprendizaje que muchos se sienten decepcionados por los partidos, los políticos y nuestro sistema electoral. La tentación inmediata es ir a protestar en la urna tachando toda la boleta, en un acto de rebelión y queja.
Si bien es entendible este sentimiento, esta acción no es más que una forma absurda de anularnos del proceso colectivo que nos hemos dado para transformar México.
El voto en blanco o anulado tiene una trágica pero real característica: no cuenta. Literal, no filosóficamente. Los votos anulados son sacados de la votación válida emitida. Esto es que de 100 votos emitidos, si 10 son nulos, la votación sobre la cual se distribuyen diputados o se definen presidentes son los 90 votos válidos.
Para cualquier efecto aritmético anular el voto es lo mismo que votar por el que te parezca la peor opción electoral. Es votar por tu enemigo, por ese partido que menos te agrada.
Así que, ¿qué hacer? En mi opinión, sí hay una salida para aquéllos que no se sienten identificados con ninguno de los proyectos políticos, pero que al mismo tiempo no tienen ganas de ser unos dogmáticos irredentos con el facilísimo lugar de la protesta vacía: el voto sofisticado.
El valor máximo de nuestra democracia es que ya no hay dueños únicos del quehacer político. Hoy hay fuerzas, pesos y contrapesos en todas las decisiones del espectro ejecutivo y legislativo.
Esta pluralidad de la vida pública hace que nadie pueda imponer por completo su visión de las cosas, ni acabar con la libertad de opinar y mantiene vivo el pensamiento crítico. Aunque a veces vemos con ojos fastidiados los debates en el congreso, la realidad es que esos debates impiden que unos u otros se queden con todo.
Pero para mantener la pluralidad de nuestra sociedad y la riqueza que de ella emana, necesitamos tener votantes y ciudadanos sofisticados, que en vez de ver en el voto un acto visceral o disciplinado, lo vean como una herramienta para distribuir el poder, para equilibrarlo.
El voto sofisticado hace que definamos, en la reflexión solitaria o colectiva, a quién le daremos el beneplácito presidencial y bajo que ponderaciones: continuidad, alternancia hacia el priismo o alternancia hacia el lopezobradorismo, o apuesta por nuevos proyectos como Quadri. Y desde esta postura desencadenar los demás votos por acomodo estratégico.
Esto implica darle el voto a diputados federales, a la fuerza que creemos representa posiciones críticas a nuestro voto presidencial, mientras que al senado podríamos votar por las fuerzas que vemos que aportan más en el debate federal.
Esta sofisticación del voto nos hace ciudadanos que tenemos que informarnos más y mejor, además de que añade un sentido estratégico a nuestros votos. Se diluyen las posiciones que suenan cómodas y toman forma ideas sobre cómo sí y cómo no se debe dirigir al país en sus diversos ámbitos.
No votemos este 1 de julio por nuestros enemigos, hagámoslo por la combinación que, en nuestra opinión, mejor representa la pluralidad y fuerza de México. Sofistiquemos nuestro voto.
Twitter: @lucianopascoe

El valor de lo subjetivo


Después del arranque de campañas, todos los equipos políticos se preparan para meter segunda velocidad. A partir del lunes se acabó la etapa mansa de presentación de los candidatos presidenciales y entramos a la etapa del contraste, de las diferencias, de los ataques, de los debates, de los ajustes de los spots, de las impugnaciones.
Son ya quince días los que han transcurrido de campaña y las señales de lo que sigue se van volviendo más claras. La contienda electoral saldrá de la Semana Santa y entrara, cual montaña rusa, a la parte vertiginosa, complicada y de mayor riesgo para los contendientes.
Entramos al momento en el que los errores cuestan más que nunca y los aciertos menos que siempre. Este es el tiempo en el que la declaración más descontextualizada, el tartamudeo y el mareo se vuelven, aún, más públicos, relevantes y contundentes.
Y sin embargo los aciertos, las propuestas de fondo, las ideas sofisticadas, se diluirán en un mar de lemas, frases y candidaturas de ‘tierra’ como se le llama. Los medios vivirán buscando noticias, escándalo, grabaciones y videos. Tratando de ser la pieza que cambia todo.
En este momento la mayoría de las encuestas señalan que existe un 20 por ciento de indecisos, de votantes que no han tomado una decisión final sobre cómo y por quién votarán. Según estimaciones este porcentaje significaría más de 10 millones de personas que, más allá de sus afinidades partidistas, están por decidir cómo votar.
Y es altamente probable que usted sea uno de ellos. Una persona que no está convencida de cómo votar y quiere esperar un poco más a ver qué persona le resulta más útil a su imagen de país –o menos mala.
Pero si, como decíamos, viene la peor etapa del proceso electoral, en el que veremos más golpes y menos ideas, ¿cómo hará la ciudadanía, la gente, usted, para tomar decisiones en un ambiente así de revuelto? ¿En qué hay que poner atención como elector y en qué no?
La realidad es que el próximo mes y medio el número de indecisos se reducirá dramáticamente, pasará de 20 por ciento a menos de 8 (al menos así es como ha sucedido tradicionalmente en nuestro país). Estaremos confirmando gustos o disgustos políticos en la etapa más tensa y densa de la campaña.
A partir de este momento veremos críticas abiertas y directas contra Enrique Peña Nieto, sus adversarios estarán tratando de consolidar un voto anti priista, un voto del recuerdo de los años en los que un solo partido mandaba.
Recuerdo que la mayoría de los votantes jóvenes no tiene horizonte y por ende será una campaña para grandes, para adultos mayores. Seguramente Peña y el PRI no se quedarán mirando a sus detractores atacarlos y tendrán cosas qué decir de los 12 años panistas y en particular del último sexenio. López Obrador sin duda se subirá tarde o temprano al camión de la crítica a ambas partes. De Gabriel Quadri yo no esperaría una dura campaña negra, pero sí una de distinciones permanente de los otros competidores. Su éxito radica en ser distinto.
Veremos también la disciplina táctica o su ausencia. Esta disciplina es lo que hace de un candidato, un ganador. Mantenerse en la ruta, no moverse con los vaivenes de una campaña, resistir la ansiedad de dar golpes de timón, es una virtud y demuestra talante y talento.
En particular será interesante ver como cada uno encara los ataques y enfrenta a sus detractores, ver si logran mantener la calma sin volverse un objetivo estático.
Al final lo más importante en este siguiente mes, es conocer a nuestros candidatos bajo presión de la campaña. Ver cómo enfrentan los cuestionamientos, cómo manejan la presión de ir abajo o arriba, cómo encaran los malos tiempos y cómo aprovechan los buenos vientos.
No tendremos mucho contenido para decidir sobre ideas, pero sí muchas señales del sustento emocional y personal de cada candidato. Veremos a la verdadera Josefina al tratar de remontar, a López Obrador mantenerse amoroso o subirse al ring de las descalificaciones, a Enrique Peña aguantar la presión de puntero y a Quadri tratar de adquirir mayor relevancia.


Éste es el momento de lo subjetivo.


@lucianopascoe

La oportunidad de Josefina



Este sábado la candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota, hará un alto en el camino y realizará, con su equipo, una evaluación del momento que viven, seguido de planeación estratégica para lo que viene.
De ésta podrán, o no, salir cambios en su equipo. Y si los hay pueden ser estruendosos o pueden ser quirúrgicos, porque en una campaña lo que hace uno, más que dirigirla, es organizar su caos, su vida y la vida de un país en debate y discusión sobre su futuro.
En mi opinión hay críticas que pueden ser atribuibles a la organización de la campaña, y otras que son más parte de un proceso de extrema especulación y observación mediática en la búsqueda perpetua de la nota. Y pensando que hay un solo responsable en estos procesos y se sabe poco y nada de una campaña electoral.


Trataré de explicarlo con tres asuntos: el estadio Azul, las interpelaciones y críticas en eventos y el estado de salud de la candidata.
El evento en el estadio Azul tuvo un problema de cálculo de la campaña sobre el programa del mismo. Priorizaron que el lugar estuviera repleto cuando entrara la candidata y no que lo estuviera cuando inició su discurso.


En muchos medios se criticó que el PAN realizara su toma de protesta en un acto multitudinario que no es su estilo —sí lo es del PRI y PRD. Pero, imaginemos un segundo, ¿qué si la logística hubiera estado bien ajustada? Josefina habría partido plaza con un estadio Azul repleto. El cálculo, en mi opinión, era el correcto, falló su ejecución.


Para el equipo de Josefina debe ser importante distinguir lo que es una falla logística y una estratégica, sin ese matiz su evaluación del día de hoy quedará sometida a la presión mediática y política, y no a los resultados concretos.
Las protestas y críticas en el caso de Josefina me parecen totalmente naturales y no habría que sorprenderse. Es la candidata del partido en el poder, eso siempre significa que cargan con un costo, con un desgaste. Gobernar genera costos y siempre llegan las facturas.
Por esto es altamente probable que ella tenga que estar debatiendo y defendiendo la situación actual en el país. Esto le sucederá en varias ocasiones y con múltiples grupos sociales. Lo que sorprende es que nos sorprenda. Los candidatos a gobernador en los lugares donde gobiernan sus partidos toman una de dos rutas: o dejan de dialogar para evitar escándalos y se van a actos multitudinarios o pagan el costo de tener campañas en las que contrastan ideas y discuten rutas con muchos ciudadanos, costo que si se administra bien es muy redituable.
Barack Obama hizo su campaña por la reforma al sistema de salud así, discutiendo con todos los grupos de influencia cara a cara y por meses para convencerlos de que valía la pena. Y ganó.
En todo caso es evidente que la estrategia de Josefina va a ser de contacto y diálogo con la gente, deberán preparar tácticas específicas para que lo haga con ventaja y con argumentos. Pasar 30 minutos debatiendo con una persona en una tienda, por un asunto de costo-beneficio básico, no parece ser rentable.
Por último está la especulación sobre la salud de la candidata. Cada vez que trastabillea o se tarda en bajar de la camioneta se inicia una nueva discusión sobre su salud. Creo que si bien tenemos el referente McCain —quien ante un cuestionamiento sobre su salud, cuando estaba en campaña contra Obama, hizo público un kilométrico documento médico—, entre antidopings y ‘check-ups’ vamos a tenerlos mas tiempo en la clínica que en campaña.
Creo que hay asuntos sobre la supuesta crisis de salud de la candidata panista que habría que tener sobre la mesa. El primero es que ella sí viene de una campaña interna competida y tensa. Con tres debates ríspidos, con recorridos constantes del país. Tanto Creel como Cordero y Josefina terminaron agotados de ese proceso, mismo que no tuvo ningún otro candidato.
Y en segundo lugar que las características de su campaña, mencionadas anteriormente, hacen que sus eventos políticos sean aún más desgastantes y agotadores que los de otros candidatos. Para cualquier efecto, ser candidato de oposición es siempre más cómodo en términos discursivos que el del partido gobernante.
El ejercicio de este fin de semana es importante para Josefina y su campaña. Una lectura cortoplacista de la campaña redituará en malas decisiones, y una visión amplia y estratégica les dará la capacidad de hacer los ajustes que se requieren para enfrentar una realidad más agreste de la que cualquiera imaginó. Su oportunidad está ahí.


Twitter: @lucianopascoe

La confusión de Kirchner con Repsol



Los motivos que presenta el gobierno argentino para nacionalizar las acciones de Repsol, empresa petrolera española, de la empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) de Argentina, tienen muchos matices.
El reflejo natural de una persona de derecha sería condenar la nacionalización y hacer inmediatas referencias a los hurtos cometidos por gobiernos populistas de empresas privadas. El argumento estaría centrado en la libre competencia, en la ineficacia del estado obeso que controlado todo, y en la necesidad e abrir los mercados a inversión privada, sea nacional o extranjera. Para la derecha, la liberal al menos, el que el estado usurpe propiedad privada es una afrenta directa al capitalismo. Además de que mancilla, naturalmente, la confianza jurídica que se le deposita a un gobierno que incauta lo que considera conveniente.
Mientras que para un izquierdista comprometido la acción es de aplaudirse. Para empezar desde la privatización de YPF durante el infame gobierno de Carlos Saúl Menen –recordado por haber vendido todo lo que pudo y luego un poco más- ya existían quejas de que esta medida era un regalo de la riqueza nacional a una empresa extranjera. Pero además la izquierda ha comprado el argumento de la presidenta argentina de que Repsol estaba llevando a YPF a la quiebra y que su manejo de la empresa era deficiente. Al punto de que la inversión en exploración de nuevos yacimientos ha estado prácticamente en ceros en los últimos tiempos.
Para la izquierda, al menos la tradicional, el uso de los recursos naturales debe estar destinado al desarrollo del país, su riqueza debe ser destinada a un proyecto social más que comercial. Y aquí se nos cruzan temas como soberanía, distribución de la riqueza, etc. Bajo esta lógica es preferible que este en manos de un gobierno ineficaz o corrupto, que de empresarios ladrones y mezquinos.
Hay un paquete de argumentos de Cristina Fernández que son imbatibles. Sí. Repsol ha invertido poco en YPF para hacerla crecer al ritmo que considera el gobierno y más bien es una empresa que compensa otros proyectos de la empresa internacional. Un poco como los bancos extranjeros que financian a otros países con las jugosas ganancias que se llevan de nuestro país.
Sí, Repsol no ha llevado un desarrollo lineal y deseado de la empresa y sí, como todas las empresas, Repsol usa dinero de su empresa argentina para financiarse en otros rubros y países, al ser una empresa ven por su éxito financiero.
Los gobiernos no tienen que generar ganancias. Los gobiernos pueden endeudarse sin las mismas condiciones que una empresa. Los gobiernos pueden sólo invertir, sin dudar en su viabilidad integral. Kirchner quería que Repsol invirtiera como un gobierno lo haría, sin pudor y sin recato, cosa que una empresa privada no puede, ni debe hacer.
El gobierno argentino se dispuso, aprovechando este argumento, a construir el linchamiento de Repsol como una empresa maléfica de extranjeros chupasangre que sólo ven por sus intereses. Valdría la pena pedirle a Kirchner que nos muestre una empresa privada en el mundo que se olvida de sus ganancias para darle gusto a las necesidades de un gobierno, para eso pagan impuestos.
Son lógicas distintas, porque tienen objetivos diferentes. Las empresas buscan generar riqueza, los gobiernos distribuirla. Y desde ahí es que la acción del gobierno argentino, más allá de izquierdas y derechas, ha estado fuera de foco.
Irritados decidieron tomar por acción legal todas las acciones en poder de Repsol y con ello sacar a la empresa petrolera de la jugada. Jugada en la que no toca a los empresarios argentinos, y le da el 51 por ciento de las acciones a los estados y el 49 restante se lo queda la federación.
Así, la derecha esta feliz con la decisión, la clase política también y los únicos que se quejan son los que tenían algún interés en Repsol. Como México, que posee el 10 por ciento de la empresa.
Había otras formas, había estrategias para elevar la tasa impositiva a ciertas acciones, había estrategias de regulación y demanda para que Repsol invirtiera más. Optaron por la más popular.
El problema con la acción claramente popular y políticamente efectiva para el gobierno, es que debilitan su confiabilidad y fortaleza en el concierto de inversionistas mundiales. Da la impresión que si uno invierte en Argentina y dirige a su empresa en función a generar riqueza, es potencialmente adversario del estado.
La confusión de Kirchner es pensar que este éxito político será un éxito económico.

@lucianopascoe

Obligados a lo imposible



No importa donde se alinee uno. Si del lado de los garantistas que consideran que sin ‘debido proceso’ solo hay locura, o dentro los que creen que el Papa es un fenómeno ineludible. La realidad es la misma: necesidades políticas frente a fenómenos públicos.Para Sarkozy, presidente en campaña de Francia, la liberación de Florance es una señal en si misma de la fuerza e influencia del líder sobre sus ciudadanos. Es una señal de razón permanente, de inteligencia y perseverancia por el ‘Francés’.

Para México y su gobierno la certeza de la prisión para Cassez es una demostración de la certeza de la justicia mexicana. Es una carambola que explica la limpieza con la que se trata de realizar hasta en la lucha contra el crimen organizado. Para el gobierno mexicano demostrar que Florance es culpable es demostrar que en nuestro México se pelea contra los enemigos de la paz con la justicia en la mano.

Para la corte mexicana es una demostración de libertad y autonomía, es una justificación de lo que son y de lo que hacen. Tomar una resolución contra las presiones –las que sean- en este caso demostrar que la corte es un espacio garante de cada uno de nosotros, un lugar en el que se combate la injustica, la prepotencia, el autoritarismo, y hasta la ineficiencia, es indispensable y suficiente motivo para que siga el debate en pleno.
Todos tiene algo que ganar y que perder en el juicio que lentamente se hunde en el fango de la ignominia cuando sus tiempos se colocan lejos de las necesidades electorales de ambos gobierno, en particular del francés.
Una vez pasada la elección, Francia va a las urnas en abril en mayo del 2012 y México el 1 de julio, la tensión sobre este asunto será diferente. Con el matiz de que es posible que Sarkozy siga en el poder y es seguro que Felipe Calderón saldrá del gobierno. Y por ende que para Francia este siga siendo un asunto de relevancia local mientras que para nosotros ya tendrá muchos menos tintes políticos.
El caso del Florance Cassez demuestra cómo el motor político sí actúa e influye en las decisiones y situaciones que prevalecen en la vida pública, así como modifica las posiciones y las apuestas entre las naciones.
El caso de una convicta secuestradora –y aquí discrepare con la mayoría de comentaristas en La Razón- que por motivos procesales es considerada potencial inocente es parte de una lógica equivocada en nuestro sistema. Sistema que premia la torpeza y mezquindad de los procedimientos, proceso que coloca el centro del debate las horas en las que pasó sin atención consular y no las horas que pasaron las victimas en cautiverio. ‘Sin debido proceso es inconfirmable que es culpable’ dirán algunos. Seguramente. Pero la realidad es más compleja que eso.
La realidad debiese exigir un análisis de cuantos de los culpables lo son y cuantos no. El debido proceso obligaría, en nuestro laberintico y jodido sistema judicial a liberar a prácticamente todos los presos en el país. Es más casi estoy seguro que frente a la dimensión de las condiciones que se plantean para una detención hasta el Chapo estaría libre ya –sin necesidad de haberse fugado en pleno Foxismo-.
El dogmatismo del debido proceso no reflexiona sobre el verdadero, al menos en la humilde opinión de un servidor, meollo del problema: nuestros sistema judicial -amado y vitoreado por mas de uno de los defensores de Florance- parte de una infame condición: esta construido para la supervivencia de los ricos, los leídos y los abogados. Nadie más.
¿Dónde esta pues la critica contra la ineficiente y lenta instauración de la reforma penal que hace del sistema judicial uno oral? ¿Donde están las voces que exigen, desde este caso, la reforma eficiente para la actuación de las fuerzas policiacas?
¿Dónde están las voces que aprovechan el evento Florance para avanzar una agenda legal progresista en México y no sólo la agenda de la ineficacia y ceguera del gobierno en turno?
Es tiempo de tomar la realidad y usarla en favor de una nueva manera de ver al país. Una manera constructiva y sensata, que promueva que nunca más haya un indígena preso por falta de dinero, o un narcotraficante libre por que demostró que no hubo debido proceso en un sistema imposible.
Bien dicen los abogados, esos a los que conmino a que sean parte de la solución y no sólo de agónico debate, nadie esta obligado a lo imposible.
Y, hoy por hoy, ganar un juicio a la buena en México, es un acto heroico, casi imposible. No debemos estar condenados a lo heroico, sino a lo justo.

@lucianopascoe

CNTE-SME: días de furia


Cada vez que hay alguna movilización social masiva, conocidas como mega marchas. Rea parece en muchas mesas y sobremesas el debate sobre la regulación de las marchas y de las manifestaciones públicas.


Este debate esta en vigencia desde hace años y notoriamente desde mediados de los noventas en particular con la llegada del PRD a al jefatura de gobierno de la ciudad y la crisis natural que conlleva administrar la movilización social. Y no ha encontrado una solución funcional y sustantiva aún.

Y si normalmente es tema, en tiempos electorales es inescapable tema. Es que es entendible que la ciudadanía busque voces que ofrezcan soluciones y que los políticos quieran ser quienes den luz sobre el asunto.

Lo primero que vale la pena decir es que contrario a la posición tradicional de la izquierda, estar a favor de la regulación de las marchas no es, bajo ningún término, ser un derechoso que fomenta la violencia urbana o de estado. Los radicales gustan de extremar posturas y la idea libertina de la manifestación y el bloqueo les parece correcta y gustan de señalar al que diga que se deben regular como autoritario.

La verdad de las cosas es que cualquier ideología medianamente sensata entiende que los derechos de transito y las condiciones de vida cotidiana se deben respetar para todos los individuos y que esta ciudad con unos pocos cierres se vuelve invivible.

La frágil estabilidad vial de nuestra ciudad se desmorona en el momento en el que los ciudadanos ponemos por delante nuestros intereses personales en lugar de los comunitarios. Y cualquier gobierno sea de izquierda o derecha debe tener un punto de inflexión sobre cuando ese equilibrio esta en juego.

Cuando la viabilidad vial (valga la expresión), está en juego, la autoridad debe encontrar formas audaces y contundentes para lograr con la mínima violencia recomponer el equilibrio –o protegerlo-. Ese debiese ser el valor a tutelar el equilibrio de la vida urbana.

No es inusual que en un día como ayer de quincena y marchas masivas, cualquier traslado se convierta en una vía crucis. Es un proceso inacabable de frustración, enojo y finalmente resignación. Eso puede pasar en cualquier gran conglomerado, pero debiese pasar menos y menos en nuestra ciudad capital.

Lo segundo que hay que tener claro es que la marcha y la movilización en muchas ocasiones –pero no siempre- es un último recursos de grupos sociales que ya no encuentran formas de ser escuchados y atendidos por las autoridades, sean cuales sean, y eso implica directamente que no todos los grupos son mezquinos y absurdos en sus reclamos. Es decir: sí hay una diferencia entre la marcha de Sicilia y las sistemáticas y burdas movilizaciones de los 400 Pueblos. Sí hay una diferencia entre las movilizaciones de conmemoración del 2 de octubre –con todo y sus loquitos- a las del SME con sus demandas demenciadas.

Es urgente y obvio que debemos construir, sin ánimos partidistas y de rédito político, un acuerdo social sobre que debemos permitir y que no. Es hora de un debate serio y fundado sobre como queremos vivir y por ende que reglas aplicables para todos debemos conciliar.

Las marchas y los bloqueos, en mi opinión, deben ser tipificados y catalogados según su impacto. Unos vecinos que cierran una calle en su colonia no son iguales a un grupo que cierra una arteria principal o una vía rápida.
Por eso es que es tan importante construir una visión sin apasionamientos y con la mayor objetividad posible.
Los bloqueos y marchas diseñados para poner en riesgo la vida de la metrópoli deben ser contenidos y reprendidos, ¿reprimidos? No me gusta la idea, pero sin duda debe haber claridad sobre cuando se usa la fuerza pública y cuando no.

Nuestra ciudad esta urgida de estrategias que generen mejor calidad de vida, y una ineludible es recuperar algunas de las horas que los traslados nos roban en esta ciudad. Cualquier aspirante a gobernarnos en el Distrito Federal deberá tener una posición clara sobre como mejorar la movilidad urbana y garantizar ciertas condiciones mínimas para ella.

No veo viable seguir teniendo cada 3 semanas, un par de días de furia como los que hemos vivido jueves y viernes en esta ciudad. Es infame y es transversal: afecta a todos y más a los grupos mas pobres que dependen día a día de su lenta y mal diseñada red de transporte urbano metropolitano.

@lucianopascoe

El polémico día de la mujer

Este 8 de marzo se conmemoró otro Día Internacional de la Mujer o de la Mujer Trabajadora, fecha definida por la Organización de las Naciones Unidas para colocar en al agenda nacional la equidad como principio, la visibilidad de la mujer en su espacio profesional, personal y social, así como levantar el debate sobre los derechos y condiciones en los que las mujeres a nivel mundial viven día a día. Esta fecha tuvo sus primeras convocatorias hacia el año 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, para después extenderse a todo el mundo. Esta fecha busca empujar el debate nacional sobre el rol que juega la equidad en nuestra sociedad y qué rutas debemos hurgar para alcanzar espacios de mayor exposición para los derechos de las mujeres. Esta fecha tiende a ser trivializada por nuestra sociedad a veces poco sofisticada como si fuera el día de la madre o San Valentín. Las ‘felicitaciones’ a las mujeres en ‘su día’ corren por las redes sociales, los teléfonos celulares y anexas. Felicitaciones que no alcanzan a reflexionar sobre la sofisticación y el alcance del Día Internacional de la Mujer. Este 8 de marzo Proyecto 40 realizó una audaz acción para aportar al debate de la visibilidad de la mujer, y se definió que ese día toda la pantalla sería femenina, los conductores cederían sus espacios a mujeres, y todo, desde los documentales, la barra de opinión y los noticieros estarían conducidos por mujeres, con reporteras, con invitadas. Ni un solo hombre. La polémica no se dejo esperar, en las redes sociales algunos se preguntaban cuan feminista era esta maniobra, otros asestaban reflexiones como ‘si es su día que no las hagan trabajar’, y unos otros dudaban de lo útil de estas acciones. Hasta se escucharon algunas aseveraciones por ahí alrededor de la idea de que esta fecha es ‘muy cursi’. Sin duda cada quien tiene su opinión sobre este asunto, sin embargo yo parto de una convicción máxima: la visibilización de la mujer en la vida pública es el primer paso hacia la construcción de una equidad normal, cotidiana, sin adjetivos y sin cuotas. Dejar hacer y dejar ver a las mujeres desempeñar sus tareas sociales, familiares y profesionales es parte de la larga lucha de miles de mujeres y organizaciones feministas. El dedicar un día a ver y sentir la relevancia nítida, sin interpretes y sin sesudos analistas de por medio, de las mujeres en nuestra sociedad es un acto de audacia y de valentía. Proyecto 40 se dio el lujo de contribuir desde su espacio a que las mujeres ganarán un poco más en esa larga lucha que se llama respeto.
En nuestro país aun este debate no esta saldado. Es aun una realidad que al mismo trabajo las mujeres perciben menores sueldos, que los tabuladores gubernamentales se aplican con sexismo. Es una realidad que aun no estamos en condiciones de acabar don la violencia domestica que mata mujeres, o con feminicidios (o cómo debiésemos llamarlos: asesinatos de mujeres) sistemáticos que demuestran pereza y desinterés policiaco y ministerial. Nuestro país sigue siendo uno que supone que las mujeres no tienen derecho sobre su cuerpo después de la concepción, ese pensamiento mágico y medieval lleva a suponer que las mujeres deben tener hijos de violaciones. Pero peor aún, en la vasta mayoría de los Estados aseguran que es mejor que mueran en sus malas decisiones en algún lugar ilegal que proveer a las mujeres con herramientas para ejercer su soberanía de su cuerpo con libertad y legalidad. El Distrito Federal, por suerte, ha roto con al menos ese mito, aunque ha posicionado a nivel nacional a la ‘juanitas’ o mejor dicho: el uso discrecional de las cuotas de genero para colocar a mis cuates. La realidad es que aun falta mucho para lograr que nuestras ideas tradicionalísimas den paso a una lógica libertaria de la mujer, sus derechos y sus deseos. Pero creo, apasionadamente, con muchas pequeñas acciones como la de Proyecto 40 se irá abriendo la alameda de la libertad para la mujer en nuestro país.> Creo que queda claro que podo tiene de ‘cursi’ o telenovelesco este día. Es para tomarlo en serio y usarlo para evolucionar. @lucianopascoe

marzo 17, 2012

El pantano electoral


Desde el inicio del extraño tiempo de ‘intercampañas’ las dudas y confusiones sobre qué sí se puede hacer y que no ha ido creciendo. El Instituto Federal electoral inclusive publico un desplegado que intentaba dar alguna luz sobre esto, pero al final terminó siendo contraproducente y dejando más preocupaciones que claridades.
Para empezar se dice que los virtuales candidatos presidenciales sí pueden dar entrevistas pero no pueden llamar al voto, ni hablar de sus plataformas electorales. Suena bien, pero si uno abre una plataforma electoral se dará cuenta que abarcan prácticamente todos los asuntos de la vida pública: pobreza, violencia, infraestructura, etc. Así que al final pueden dar entrevistas pero siendo rigoristas solo podrán hablar de su vida personal y del clima. Todo lo demás es potencialmente riesgoso e impugnable.
Por ello los candidatos han optado por diferentes estrategias frente al fenómeno: Peña Nieto por la cautela del puntero, Josefina la audacia de quién esta en buena racha, López Obrador por continuar su ruta original y Gabriel Quadri por ir calentado motores hacia la campaña. Pero todos notoriamente preocupados por las potenciales impugnaciones que de esta etapa emanen.
La semana anterior analizábamos la sobreregulación que existe en los procesos electorales partiendo de la desmedida reacción política ante la declaración del presidente Calderón en una reunión con banqueros sobre las preferencias electorales.
Y este proceso de ambigüedad solo detonara más conflictos y denuncias entre los candidatos.
Otra de las grandes dudas sobre la aplicación de la Reforma Electoral 2007-2008 es sobre el tema de la organización de debates. Y la realidad es que hasta el momento, las instituciones electorales han dejado en claro dos condiciones sobre el tema:
Por un lado, el IFE, por disposición expresa del COFIPE, organizará dos debates (en la primera semana de mayo y en la segunda semana de junio). Todavía está por definirse si el Instituto podrá organizar más encuentros de este tipo.
Por el otro, el IFE ha resuelto que los debates organizados por los medios de comunicación deberán seguir dos principios: garantía de equidad y gratuidad del tiempo aire en el que se transmitan.
El miércoles pasado, tanto el IFE como el Tribunal Electoral emitieron fallos que abonan a la discusión:
El 18 y 24 de enero la CIRT y el PAN presentaron dos consultas por separado al IFE, respecto a la organización y transmisión de debates. Como respuesta, el IFE emitió un acuerdo donde señaló que la regulación actual sentaba las características de los debates. Esta semana, el Tribunal Electoral revocó el acuerdo y ordenó al IFE la elaboración de un reglamento que establezca los lineamientos puntuales. De esta manera, las disposiciones del Instituto serán vinculatorias para los actores involucrados.
El Consejo General del IFE negó la petición formal de López Obrador para llevar a cabo 12 debates temáticos –propuesta encantadora viniendo de quién exigió que sólo hubiese un debate ene l 2006 y por ello se ausentó del primero- y transmitirlos en los espacios que la ley dispone para la difusión de propaganda política de los partidos.
Pero la tragedia en este tema es que la ley y quienes la interpretan en su cotidianeidad han convertido una de las herramientas centrales de la democracia en un mar de regulaciones, candados y condiciones.
Los debates son parte natural de cualquier democracia sana y vibrante, permiten confrontar ideas y personalidades, estilos y visiones. Los debates no deben ser entendidos desde la perspectiva de los partidos o de las autoridades electorales, sino de la ciudadanía y su utilidad para tomar decisiones informadas y convencidas.
Los Estados Unidos nos dan siempre una dura lección en este tema, demostrando que son capaces de ir a decenas de debates, con y sin público, con y sin moderadores, con 9 participantes o 4. Ellos van y contrastan sus ideas y saben que en estos espacios reside una gran parte de sus posibilidades de triunfo o derrota. Mitt Romney los ha usado para desinflar a los críticos de su religión –es mormón- y ha logrado convertirse en el candidato natural para enfrentar a Obama.
En el 2006 los debates fueron centrales en la decisión electoral y también detonaron el proceso de desplome del propio López Obrador.
Hacer de los debates un fango jurídico con excesiva regulación atenta directamente contra la calidad de nuestra democracia. Ojala y todos los participantes se den cuenta de ello y actúen.
@lucianopascoe

Los cuatro puntos



En memoria de don Jorge García Rendón

El escandalo desatado por un supuesto dicho del presidente de la republica en una reunión en Banamex que si bien no era privada, tampoco estaba abierta a la prensa, desato una debate repleto de supuestos y lugares comunes, de esos lugares que se construyen a partir de la ambigüedad legal de estos tiempos.
La tensión se genero luego de que, supuestamente, el presidente dijera que en una encuesta Josefina esta a cuatro puntos de Enrique Peña. Cuatro puntos.
Cuatro puntos que demostraron que la ambigüedad de la ley electoral lo único que genera es que estemos sobre vigilados y regulados en la vida publica. Hoy los candidatos pueden dar entrevistas pero sólo para hablar de su vida personal y el clima. Todo lo demás esta vedado o, por lo menos es riesgoso. Hoy hablar de aspirantes es delito, hablar de plataformas políticas esta prohibido. Curiosamente todos los temas están vertidos en las plataformas políticas. De eso se tratan, de propuestas transversales para toda la vida pública de una nación.
El absurdo de este tiempo de intercampañas es que ha tratado de terminar con una lógica natural: callar a los que solo hablando pueden ganar.
Esta ley obliga a los partidos a definir a sus contendientes y a luego callarlos y sacarlos de la vida publica por semanas previo al proceso de campaña. Y buen amigo lo decía con claridad escandalosa “la ley electoral esta pensada para hacer precampañas para los militantes de los partidos y luego para tener campañas para la sociedad en general. En la intercampaña se puede hacer todo lo demás”.
Los cuatro puntos también demostraron la hipersensibilidad que existe alrededor de la participación del presidente en cualquier asunto político. Hoy tenemos agazapado al estado mexicano frente a leyes ambiguas y su necesidad de repunte. Tenemos a un presidente al que lre reducimos su libertad de expresión por un falso supuesto de que su opinión trastorna al país. Los cuatro puntos colocaron otra vez al presidente en el escenario de elección de estado. Por un comentario en una reunión.
El mejor ejemplo de como la desregulación mejora la competencia es Estados Unidos. El candidato demócrata se llama Barack Obama, quiénes, curiosamente, también el presidente de ese país. El hace campaña viajando en el avión presidencial, inaugurando obra pública y debatiendo agendas nacionales.
Obama opina, critica, habla de encuestas, hace encuestas, apoya a sus candidatos y responde ataques. Es un candidato que es además presidente y no hay ningún debate sobre su derecho a pinar. El debate es sobre si la sociedad coincide con sus ideas o no.
Ojala el debate alrededor de Calderón no fuera su derecho a opinar, si no el contenido de sus posturas. Ojala la ley no se centrará en todo lo que no se puede hacer, sino en que se haga bien y con respeto. Ojala la ley no se centrar sobre si el presidente puede decir que su candidata esta sólo a cuatro puntos del que encabeza las preferencias. Sino sobre si sus encuestas son confiables. Sobre si la gente esta castigando o no a las actuales políticas públicas.
El problema en nuestro país es que hemos abusado de la necesidad de controlar nuestros impulsos por violentar la ley y hemos llegado a un lugar oscuro: confundimos la competencia con la trampa. Es mucho mas preocupante como llega el dinero en efectivo a las manos de los candidatos que si opinan o no en un día prohibido. Es mucho mas grave que se desvíen recursos de gobiernos, los que sean, a que el presidente emita una opinión sobre algo, o Peña participe en un programa de televisión, o Josefina coma en un restaurante con un funcionario amigo.
Nos hemos confundido. Nos hemos equivocado. Es más importante controlar el dinero y las clientelas, que la libertad de expresión.
Los cuatro puntos abren un debate irreductible: una ley absurda, una sobre regulación desaseada y un proceso electoral para julio que augura tensión, conflicto y poca elegancia.
Cuatro puntos fue lo que requirió México para iniciar el incendio electoral.
@lucianopascoe

La hélice de la violencia


Es innegable que la crisis de seguridad y la llamada guerra contra el crimen organizado tienen varios cimientos. Por un lado se nutre de los ríos de hombres y mujeres en busca de mejores oportunidades y que con escaso éxito se suman a las filas de los delincuentes. También se alimenta rabiosamente del dinero de los consumidores, principalmente norteamericanos, que llega por múltiples mecanismos de lavado de dinero auspiciados notoriamente por empresas de Estado Unidos, pero también depende de un mercado extremadamente lucrativo –algunos estudios lo comparan con el negocio del petróleo- el mercado de las armas.
Las tres aspas de la hélice: gente, dinero y armas.
Los datos oficiales son alarmantes, en este sexenio se han incautado cerca de 140 mil armas, con las cuales se podría abastecer cómodamente a los ejércitos de Guatemala, Honduras y Nicaragua juntos. Este tipo de estadística revela un escenario aterrador: los criminales en México poseen una capacidad de fuego descomunal y la ejercen prácticamente todos los días.
Las armas son además un símbolo de poder, usadas como trofeos, las adornan, visten y convierten en verdaderas joyas del mal gusto. La utilidad de las armas es, por tanto, también mística. En algunas bandas el proceso de avance en la escala de rangos se define a través de armas, se les percibe como cetros que marcan la jerarquía de los grupos.
Por eso no es menor que en la lucha contra el tráfico indiscriminado de armas hacia México hay reportes que calculan que más de 750 mil armas han cruzado hacia nuestro país por la frontera norte en los últimos años. Estas armas, vendidas a mansalva en más de 4 mil establecimientos a metros de nuestro territorio energizan y dan potencia a la descarnada batalla nacional. Esas armas matan mexicanos.
De ahí que hay que reconocer que el presidente Calderón se haya centrado tan activamente en promover que Estados Unidos tome medidas claras frente a este fenómeno.
En primer lugar se hace cargo de que sus aduanas son tan responsables como las nuestras en la entrada masiva de armas, parece que cargamentos de miles de armas y cartuchos simplemente escapan a su vista.
En segundo término promoviendo que se reactive una ley promovida por Clinton y desechada por la mayoría republicana de Bush llamada “Assault weapons ban” que detenía la venta masiva de armas largas a individuos. Hoy si uno tiene suficiente dinero solo tiene que entrar a una tienda de armas en Estados Unidos y pedir 400 cuernos de chivo, ponerlas en su American Express y en unas cuantas horas le serán entregadas donde usted disponga. Eso, bajo todo argumento es generador de violencia.
Y ahora con una campaña muy interesante y agresiva frente al silencio estadunidense, una campaña que inicio el día jueves cuando el presidente de la republica fue hasta Ciudad Juárez a inaugurar un enorme espectacular de 22 por 8 metros, que tiene un mensaje para el Capitolio, la Casa Blanca y los constructores de armas: “No more weapons” se lee en grandes letras metálicas hechas de armas confiscadas y destruidas.
Dijo Calderón con las palabras “no more weapons” a su espalda, “lo hemos pedido los mexicanos de varias maneras y en varios tonos. Hoy nuestra presencia aquí, en esta adolorida Ciudad Juárez obedece a que queremos hacer un nuevo y respetuoso llamado de atención al gobierno, al Congreso y a la sociedad estadounidense. Necesitamos su ayuda para detener esta violencia”. Esta imagen logró ser primera plana de la mayoría de los diarios fronterizos y nota relevante en toda la prensa del país vecino.
No más armas es la exigencia de un gobierno que lucha día a día contra un crimen que se alimenta como sanguijuela de dos de las más grandes adicciones norteamericanas: las drogas y las armas.
Y hasta que Estados Unidos y Obama no se hagan cargo y responsables de su tramo en esta historia seguiremos viendo como nosotros ponemos los muertos y ellos las balas.
A esta hélice de violencia hay que quitarle dos aspas al menos: el dinero y las armas, sin ellas no podrá volar.
@lucianopascoe

Lemas e ideas... la ausencia


Esta fue la primer semana con tres candidatos presidenciales definidos y aun cuando falta el cuarto –Nueva Alianza postulará a un candidato propio al dar por terminada su coalición con el PRI-, podemos empezar a trazar líneas de reflexión y análisis frente a este proceso electoral.
El primer asunto es el entender que las cifras en las encuestas se acomodan siempre que los partidos definen a sus candidaturas. Cada vez que un logotipo se convierte un rostro se carga de contenido y cambia la percepción popular, a veces a favor, a veces en contra. Y ha sido notorio en algunos casos cómo al nombrar al participante cambia el espacio que ocupaba su partido en las encuestas. Un claro ejemplo es el de Isabel Miranda de Wallace, quien al ser nombrada de manera sorpresiva dio un crecimiento importante al PAN en el Distrito Federal, de entre 4 y 9 puntos según diversas encuestas, quedando inclusive por encima del PRI en algunas mediciones. Lo mismo ocurrió con Miguel Mancera quién dio entre 2 y 5 puntos adicionales al PRD al ser designado como candidato para el Gobierno del DF.
Y curiosamente lo mismo sucede con Josefina Vázquez Mota. Al confirmarse su victoria y al demostrar el PAN que pueden competir duramente pero que saben levantarle la mano al ganador, se consolidó como la segunda opción electoral del país y que si bien aun esta lejana del puntero, Peña Nieto, es más competitiva de lo que se supuso en un principio.
El fenómeno no nos debiese de sorprender, la gente tiene inclinaciones partidistas de manera tradicional y por carga histórica, pero esas convicciones pueden acomodarse y hasta cambiar frente a rostros afines o adversos. Esto implica que en la búsqueda de candidaturas los partidos deberán estar conscientes de que sus postulados deben de sumarle al partido que representan y no restarle.
De ahí que el PRD este tan convencido de que las encuestas son el mejor mecanismo de definición de candidaturas, pues así se aseguran de llevar a las personas más competitivas para sus objetivos electorales. Evidentemente el problema con este mecanismo es que impone de manera contundente que los partidos postulen a las mejores personas, recordándonos que lo popular no siempre es lo mejor. Unas cosas por otras dirían algunos.
Al final lo relevante es saber que las encuestas marcan una escalera –como la de Mitofsky publicada por La Razón el día de ayer- que marcan 40 puntos para Peña, 24 para Josefina y 18 para López Obrador, una clara lección de arrancar primero, como hizo Andrés Manuel, difícilmente significa llevar delantera, y por el contrario parece haberse estancado la campaña amorosa.
En segundo lugar hay que empezar reflexionar sobre la propaganda electoral y su contenido. Ya los perredistas han iniciado sus pre campañas y llenado de basura las ciudades del país, pero no deja de sorprender la ausencia de ideas y la sobrepoblación de frases comunes. Con la excepción de campañas como la de David Razú, que da ideas y propone una manera de ver la delegación Cuauhtémoc, el resto son cosas tan geniales como ‘Contigo’, ‘Avancemos con orden’, ‘100 por ciento contigo’, etc. Así sigue la agónica lista de lugares comunes.
Una campaña electoral debe ser vista como una gran oportunidad de comunicación y oferta de soluciones frente a una realidad determinada. Lo que deberíamos estar leyendo no son lemas a diestra y siniestra, sino trazos, pinceladas de como ese político ve un territorio y lo que ofrece para que la gente que vive ahí mejore su calidad de vida o avance una agenda programática especifica.
Por qué no tenemos a los pre candidatos hablando de servicios públicos, de leyes estratégicas y transformadoras, de programas de recuperación de áreas verdes, de ideas precisas sobre el combate a la corrupción. La realidad es que la vasta mayoría de los aspirantes no se han sentado a realizar el mas elemental y básico ejercicio que todo político debe hacer: definir qué quiero lograr, como lo quiero lograr y como comunico mis objetivos. Nadie se siente a diseñar el tipo de políticas publicas que impulsara desde el gobierno que aspira encabezar, ni las ideas centrales que darán sustento ideológico a su gestión, ni analizan las encuestas para entender las demandas ciudadanas mas sentidas.
Hoy por hoy la mayoría de los competidores sólo quieren llegar. Sólo aspiran al poder, pero no a lo que el poder les permite: cambiar la realidad.
Y esa debe ser la esencia de toda aspiración política, transformar las cosas para que todos estemos un poco mejor, sentar las bases para que los gobiernos sean menos caros y mas eficientes.
Esperemos que los que ganen sus candidaturas desechen sus lemas y den paso a ideas, se desliguen de la idea de que mientras mas pendones mejor y se percaten que un candidato con contenido es más competitivo y útil que uno con sólo dinero y hambre de poder.
@lucianopascoe

Acabemos con los diputados ‘unis’



La sociedad está enojada con la clase política. Se oye en las sobremesas, se lee en las redes sociales, se percibe en muchos ámbitos: la gente siente que los políticos son corruptos, flojos, incultos, ineficientes.
Esta percepción es, como casi todo en esta vida, maniquea e inexacta. Nada en la vida es blanco o negro, ni todos los políticos son corruptos, ni todos los ciudadanos son éticos. Y la realidad que tendemos a olvidar es que la clase política mexicana es simple y llanamente un reflejo de la sociedad mexicana, de nosotros mismos, de nuestros esfuercitos cotidianos por doblar las reglas, escapar de la justicia o imputar a otros nuestras responsabilidades.
Pero es tan cómodo caer en las posiciones maniqueas que se vuelven automáticas. ¿Cómo hace un conductor de algún medio de comunicación para generar empatía con sus escuchas? Se lanza furibundo a denostar a los políticos. Ahí todos le aplaudimos.
Pero incluso entre los políticos hay clases. No defenestramos igual a un embajador que a un delegado. Ni a un magistrado como aun ministerio público. Y de entre los más repudiados personajes de nuestra vida pública están los diputados federales. Villanos favoritos de todos nosotros. Flojos, conflictivos, improductivos, los diputados son objeto de mil y un críticas. Y en efecto algunos lo son. Otros no.
Por ello gran parte del debate en torno a reformar políticas siempre incluye el ingrediente de reducir el número de diputados, que desaparecer a los plurinominales (esos que no entran por un distrito si no por la lista del partido), y así sigue la lista de criticas y propuestas para tomar venganza de nuestros diputados.
Pero más allá de las vísceras, ¿Cuál es el debate que de verdad deberíamos tener sobre el legislativo? En mi opinión, el gran tema no es cuantos diputados, si qué diputados. Cómo lograr que se eleve la calidad de nuestros legisladores, que estén representándonos lo mejor de los partidos, y no los que tienden a estar.
Hoy la cámara de diputados se compone de 300 diputados electos directamente en sus distritos (esos que llenan la ciudad de pendones y mantas) y de 200 diputados diputados plurinominales, que surgen de listas partidistas, distribuidas en función a la votación de cada partido.
La representación proporcional, o pluris, sirven para varias cosas. En primer lugar equilibran el congreso, esto es si un partido llegase a ganar los 300 distritos electorales, no le tocaría ni un diputado plurinominal, todos irían para las otras fuerzas políticas, garantizando así la pluralidad del Congreso. Además permite a partidos minoritarios que no ganan un solo distrito pero que obtienen votos importantes, tener voces en el legislativo. El partido Alternativa Socialdemócrata ene l 2006, por ejemplo, obtuvo mas de un millón de votos, pero no ganó un solo distrito, gracias a los pluris tuvo 4 voces que representaban a ese millón de votantes.
Pero también hay que ser honestos, las listas plurinominales permiten postular y colocar ene l congreso a los mejores cuadros de cada partido, aquellos que por su responsabilidad o talento no pueden estar confinados a un solo distrito. Esto significa que los diputados de mayor calidad suelen venir de estas listas. La mayoría de los coordinadores parlamentarios, de los debatientes cotidianos, de los que entienden de temas especializados, los expertos jurídicos, surgen de las listas plurinominales, no de los distritos.
Esto es, las listas permiten a los partidos ingresar intelectuales, académicos y cuadros políticos profesionales al Congreso.
De la misma forma los representantes más faltistas, mas conflictivos y menos productivos tienden a ser los uninominales, los que llegan más por talento clientelas y manejo de grupos que por calidad política y cultura.
Varias democracias europeas y latinoamericanas han eliminado por completo la elección distrital y han convertido la elección legislativa en una contienda por las mejores y más completas listas.
Así en vez de votar por Pedro, Marco u Omar en su distrito (casi siempre desconocidos) estaría votando por una lista de un partido. Esas listas serían publicadas y publicitadas, así los partidos tendrían que crear listas plurales, con personajes de calidad y el ciudadano podría optar por aquella que represente mejor las ideas que comparte. Esto además genera una dinámica positiva, al ser el diputado representante de una lista de un partido, no podría renunciar a su militancia y cambiarse de partido, instantáneamente dejaría de ser diputado y entraría el siguiente lugar de la lista. Esto significa que los partidos se tienen que hacer responsables de sus legisladores y los legisladores de sus partidos.
La realidad es que la mejor manera de elevar la calidad de nuestros legisladores es ampliando la representación proporcional y reduciendo el asalto de las lógicas clientelares y populistas que tanto se generan en las elecciones territoriales.
Sin las batallas callejeras por las diputaciones, y solo eligiendo a los representantes del ejecutivo –esto significa que seguiríamos votando directo por presidentes de la república, gobernadores y presidentes municipales- lograríamos cambiar la forma en al que vemos al Congreso y podrían regresar esos debates de calidad y altura que se llegaron a ver en los inicios de nuestra democracia actual, con una justa representación de las minorías y con los mejores cuadros que cada partido pueda ofrecer.
@lucianopascoe

enero 23, 2012

El costo de las expectativas



Estos últimos 14 días vimos una carrera parejera entre los aspirantes a la jefatura de gobierno por el PRD. Después de acordar que sería una encuesta la que definiría al candidato o candidata, y que el Consejo Político —órgano designado legalmente para escoger candidato— refrendaría ese resultado, empezaron los acomodos. A manera de homenaje al Dinamita Márquez, hoy también infractor electoral según las autoridades, hagamos esto en tres rounds.

El primer round fue para definir el método a través del cual se tomaría la decisión. Barrales y su equipo llevaban —cualquier chilango lo puede testificar—al menos un año en campaña abierta en calle y sabían que esa era su ventaja. El entonces candidato oficial, Mario Delgado, no había logrado crecer en las encuestas pero sí contaba, y sus eventos masivos así lo demostraban (más de 30 mil personas juntas en el Monumento a la Revolución), con las estructuras de apoyo partidista. Para cualquier efecto, si la definición quedaba en manos de militantes en las urnas, Delgado contaba con ventaja, si era por encuesta Alejandra Barrales tenía una abrumadora ventaja.

Por ello cuando se definió que era a través de una encuesta, y a levantarse a mediados de enero, el equipo de la diputada pensó que el proceso estaba casi en la bolsa y sólo miraban de reojo a un adversario mínimo en ese momento: el procurador Mancera daba su informe de labores y desplegaba una campaña publicitaria buena y extensa. Y ya Carlos Navarrete parecía haber alcanzado sus máximos con una estrategia fija de promoción.

Mientras, y a partir de esta decisión, Delgado y sus colaboradores se retiraban de la contienda sabiendo que si en un año de trabajo no habían logrado crecer, hacerlo en un mes sería imposible.

Segundo round. Ya marcado el procedimiento se subieron todos lo personajes del mundo al ring. Ortega, Noroña, Navarrete, Barrales, Batres y Mancera. Con este ecléctico grupo se dio el banderazo de salida hacia la encuesta. Era inicios de año, y en 15 días se levantaría la encuesta y tendrían un debate. Todos aceptaron las reglas, inclusive incorporaron una nueva encuestadora, para llegar a tres, y asegurar que todos estuvieran tranquilos con los resultados.

Este round vio de todo. Gasto indiscriminado en propaganda, presencia salvaje de al menos dos de los personajes en medios de comunicación y un debate en el que quedaron las personalidades al desnudo: Fernández Noroña demostró que es un bufón sin seriedad ni contenido. Batres confirmó que su participación sólo atendía a una megalomanía sorprendente e inexplicable. Navarrete demostró que es un hombre preparado y de Estado, Barrales que el carisma no es lo suyo —ni las ideas—. Mancera, mientras tanto, era el que mejor ordenó sus posiciones, consolidó su presencia y se presentó como ganador.

Terminando ese debate el desaseo inició. Navarrete declinó por Barrales y acusó vientos de imposición. Barrales tomó la estafeta y empezó un lento y agónico deslinde de las reglas que ella misma aceptó.

Tercer round. El knockout técnico se da cuando el adversario simplemente ya no puede continuar, sea por lesiones o por incompetencia. El round pasado se lo llevó Mancera a tal grado que Barrales, la única verdadera adversaria, empezó a jadear y pedir esquina.

Antes del jueves, en las horas previas al anuncio de resultados, Barrales rompió con las reglas que ella misma propuso y se negó a participar. El evento tuvo a todos los participantes y un dato inescapable: Miguel Ángel Mancera remontó y venció a la imbatible Alejandra Barrales por muchos, muchos puntos.

Ella acusó de manipulación, reiteró inducción, dijo que no se valía, que era injusto, que había tintes fraudulentos. Camacho Solís el gran operador de crisis perredistas se lanzó al ruedo para contener una ruptura, pero era demasiado tarde.

Barrales ya se había encaramado al monte y desde ahí preparaba su rebeldía. Convencida de que la única explicación posible a su derrota era un fraude.

Y es que ella, un mes antes, encabezando todas las encuestas y feliz con ese método de selección, construyó expectativas, diseñó un gabinete, distribuyó plazas, imaginó su gobierno, soñó ser la precandidata presidencial en seis años. Diría el Melate: Se vio.

Y cuando uno se ve, uno se asume, uno se la cree hasta antes de tener la victoria en la mano, puede perder. Y no hay derrota más costosa en la vida que la de ver las expectativas desvanecerse por no haber esperado los tiempos y resultados. Ese es el costo de las expectativas y el valor de la prudencia.

Twitter: @lucianopascoe