diciembre 27, 2006

Ex presidenciables: el día después


Se acerca el fin de un año verdaderamente turbulento en el ámbito político. Supongo que este es el momento de hacer un balance de lo ocurrido y de lo que vendrá. De revisar el lugar donde se encuentran algunos de los personajes que acapararon las noticias por más de seis meses y, desde ahí, ver si se mantienen congruentes con sus rutas o se han desvanecido. Me explico: por mas de 24 semanas seguimos cada palabra, cada propuesta —promesas de la candidata y los candidatos presidenciales—. Los escuchamos y vimos criticar el estado de las cosas y plantear sus escenarios de salida, interpretamos sus rostros para saber cuál era confiable, cuál no. Intentamos por todas las vías dilucidar con quién tendríamos mejor futuro. Hoy, al revisar donde están podemos asomarnos a una posible respuesta del “quién es quién” de las candidaturas presidenciales.
El caso obvio es el de Felipe Calderón. El ganador de los polémicos comicios es hoy el presidente de la Republica y su paradero es el domicilio conocido de Los Pinos. Con un arranque extraño que no termina de convencer a nadie, pero que tampoco permite criticarlo con demasiado sustento, Calderón tiene un sexenio por delante que podría cambiar las cosas en el país o dejarlo tal cual está —hundido en sus instituciones disfuncionales, repleto de desigualdad y de pobreza—.
El tipo de hombre que es, la solidez de sus convicciones y su capacidad de conducción están en la mira de mujeres y hombres del país. Deberá demostrar tener mucho talento y compromiso con la pluralidad para garantizar que la concordia impere y desde ahí surjan los acuerdos necesarios para que el país sea uno de derechos plenos y de ciudadanía activa.
Para Andrés Manuel López Obrador el futuro es incierto y el juicio de la sociedad empieza a pesar frente a las acciones que emprendió el candidato que aseguraba haber ganado la contienda. La idea de fraude electoral es una que todas y todos tenemos grabado en nuestro imaginario y que sabemos —con justa razón— que los fraudes han sido un tema esencial en nuestra transición democrática. Pero la manera en la que enfrentó López Obrador el resultado electoral ha abierto enormes dudas en la ciudadanía sobre los objetivos, las razones y la verdad en sus dichos. Para el líder moral del PRD el camino es cuesta arriba, con un notorio desánimo entre sus compañeros de partido y simpatizantes, el regreso a sus días dorados de 50 por ciento de intención del voto depende exclusivamente de Calderón y de las acciones del gobierno federal. Sólo un monumental traspié podría revivir a quien parece ser uno más de los muchos cadáveres políticos que deja la vida pública.
Roberto Madrazo simplemente desapareció. No queda claro si estará en condiciones de seguir dirigiendo destinos dentro de la estructura priista, sin embargo pasará a la historia como el peor candidato de este partido y además como el que logró dividir en casi todo momento, los apoyos de su propia militancia. Con una campaña escatológica, repleta de mensajes del pasado, Madrazo puede que no tenga mucho más que hacer en política, sin embargo en el PRI, como ya sabemos, todo puede pasar.
Patricia Mercado es, según encuesta de Parametría, la personalidad que mayor crecimiento ha tenido en su credibilidad y aprobación desde el proceso electoral. La candidata de Alternativa acaba de ser nombrada como presidenta del Centro de Estudios de su partido y demuestra que su compromiso con su proyecto político es amplio. El futuro de Alternativa está centrado en la capacidad de sus integrantes por comprometerse, genuina y generosamente, con su apuesta programática y todo parece indicar que, entre la Ley de Sociedad de Convivencia y la propuesta de un 20 por ciento de reducción en el financiamiento público a partidos políticos, van por el camino indicado. Mercado enfrentará la nueva y titánica tarea de acompañar la consolidación de su partido, y su decisión de hacerlo desde dentro, desde un espacio de construcción activa es un comienzo favorable.
Nueva Alianza nombró a Tomás Ruiz como presidente nacional y de golpe desplazó a toda la estructura existente, incluida la del propio Roberto Campa. No sabemos más que eso, Campa ha desaparecido de la vida pública en términos generales y sus espacios parecen estar cada vez más limitados.
Al final el verdadero tamaño de las personas en campaña se mide desde el día después de terminado el proceso electoral.

diciembre 22, 2006

El 20% sí es posible

El viernes pasado, durante la sesión del Consejo General del IFE, tuve la oportunidad de tomar protesta como el nuevo representante de Alternativa ante este órgano electoral, por encomienda de mi partido.
En dicha sesión se desató una discusión en torno a la propuesta presentada por Alternativa en la Cámara de Diputados que busca lograr que los partidos políticos acepten reducir en un veinte por ciento su financiamiento anual. Más allá de los argumentos tradicionales de algunos partidos, en particular de Convergencia y el PRD, se logró el compromiso del consejero presidente, Luis Carlos Ugalde, de tomar la propuesta en serio y darle, en enero, una revisión a los mecanismos con los cuales esto pueda ser posible.
Las razones que expuse para argumentar este exhorto se las transcribo, sobre todo bajo la perspectiva de que para que este país cambie, los primeros que debemos asumir el reto somos los partidos políticos. Si esto no es así, condenaremos a la sociedad mexicana a seguir teniendo una clase política que despierta suspicacias, apatía y desaliento.
“México lleva muchos años debatiendo, tanto en su clase política como en la sociedad misma, la necesidad de romper el binomio del dinero y la política.
No se puede pensar en una reforma electoral seria, sin abordar este binomio que, frente a las enormes desigualdades e inequidades del país, lastima agudamente a la sociedad Mexicana.
En los debates nacionales intensos alrededor del financiamiento, a la educación, al combate contra el VIH, (entre otros) los partidos tenemos la responsabilidad de ser parte de las soluciones. No podemos ser sólo portadores de discursos cargados de retórica y abandonar las acciones que puedan aportar salidas, a estas discusiones.
Cada tres, cada seis años vivimos campañas electorales ridículamente onerosas, con presupuestos públicos excesivos, opacos, pero repletos de discursos sobre cambio, de transformación, de hacer las cosas diferentes y austeras por todos y cada uno de los partidos políticos, cuando frente a las cámaras de televisión y a la sociedad, somos los primeros en lanzar criticas y propuestas ante las ‘indecentes’ cantidades de dinero que corren en nuestro sistema político.
Y curiosamente, cuando por fin hay una propuesta de Punto de Acuerdo para hacer un exhorto a este Consejo General, como el presentado por la legisladora de Alternativa el jueves pasado, Marina Arvizu; con el objeto de que se encuentren mecanismos para lograr una reducción importante a nuestras prerrogativas la respuesta es una categórica negativa. Esta negativa, siempre es disfrazada con todo tipo de argumentos. En especial, se advierten los que suponen que dar un paso hacia la reducción de las prerrogativas no se debe dar sin que este enmarcada en una reforma electoral, más amplia, integral. Ahí, dirán algunos, que su propuesta es más radical, más contundente. Pero ¿Cuándo?
Nosotros decimos, y lo decimos claro, ¿Por qué esperar? ¿Por qué esperar si hoy tenemos la posibilidad de dar un paso claro y firme de cara a la sociedad? ¿Por qué esperar si podemos decirle a las mujeres y hombres de este país que sus partidos políticos sí escuchamos sus demandas, sí atendemos su molestia, que sí vemos la pobreza y la inequidad y las necesidades nacionales?
Hoy los partidos podemos y debemos ser parte de las soluciones, tenemos que demostrar que no estamos dispuestos a seguir dejando en las tinieblas el tema del financiamiento de la vida política. Esta oportunidad es invaluable y este jueves algunos partidos políticos prefirieron dejarla pasar. Prefirieron mandar la señal, el mensaje de que nos importan más nuestros terruños, nuestros intereses, nuestras trifulcas y nuestras deudas, más que la deuda que tenemos desde hace mucho tiempo con la nación.
No lo dudemos. A este país le duele ver los millones de pesos que se destinan a la política cuando hay tantas necesidades diarias, de la gente en sus vidas cotidianas.
Este paso no pretende agotar la agenda de amplias reformas que nuestro sistema electoral requiere, pero nadie puede negar la importancia de iniciar, seriamente, la modificación de la relación perversa entre dinero y política.
En esta lucha no cejaremos, no podemos claudicar a un reclamo tan profundo como legítimo.
Alternativa reitera su exhorto a este Consejo General del Instituto Federal Electoral para que, en pleno ejercicio de sus atribuciones, determine la reducción del financiamiento a nosotros los partidos políticos. De hacerlo, les garantizo que, la sociedad se los reconocerá”.
El resultado final del debate fue sensiblemente favorable a la propuesta y es muy posible que en enero veamos algo absolutamente inédito: los partidos políticos tendrán menos dinero. Ojalá que así sea.

diciembre 09, 2006

Calderón y Ebrard, choque de gabinetes


Tanto Felipe Calderón como Marcelo Ebrard nombraron a las y los integrantes de su gabinete con una lógica similar: las necesidades políticas del momento.
Sin embargo los resultados son distintos y llevan a reflexiones interesantes. Ambos mandatarios, uno nacional y el otro local, buscaron construir equilibrios que les garantizaran capacidad de acción con sus partidos, que les resolvieran sus cuotas y compromisos de campaña y, sobre todo, que los sacaran del momento político que se vive en el país. Ambos colocaron personas leales en puestos claves, sacrificaron a sus equipos cercanos en esta primera etapa y privilegiaron sus cálculos políticos inmediatos.
Esto no significa que ninguno de los dos sea malo o bueno, simplemente que en ambos se percibe una lógica de transición del momento nacional y local, más que la implementación de sus equipos ideales.
Calderón pareciera haber tenido que voltear hacia adentro de su partido para construir los equilibrios que le permitieran sortear tanto su toma de protesta como algunas reformas legislativas importantes – no se diga el cabildeo y la aprobación de su presupuesto – mientras que Ebrard jugó a la política interna y privilegió a sus aliados y marginó – como Jesús Zambrano dejó en claro al rechazar la secretaría 'virtual' que le ofrecieron – a sus adversarios dentro de las propias filas perredistas.
Gobernación, duros versus conciliadores. El caso de las secretaría de gobernación, en el caso del Distrito Federal de gobierno, ambos optaron por leales y cercanos – pero con perfiles diferentes. Ramírez Acuña no sólo fue el que destapó a Calderón, es también una de esas personas que se jugó muchas cosas para que su candidato llegara a la presidencia de la república, pero además cumple con el requisito de ser panista, leal y dispuesto a construir un equipo de consenso con el presidente. Todo esto le permite a Calderón saber que tiene una pieza que jugará con él, que construirá con su partido, aún cuando ha sido duramente reprobado por la clase política y en particular por los partidos de oposición por su historial de mano dura (o como dicen los gringos 'trigger happy').
El caso de Ebrard es relativamente parecido. José Angel Avila ha sido un cercano del ahora jefe de gobierno desde hace años. Cuidadoso y experimentado, Avila no pertenece a ninguna corriente del PRD y eso le resuelve un problema a su jefe, pero le genera otro. Al no ser de ninguna ‘tribu’ Avila aparece como una posibilidad de conciliación, sin embargo esa es precisamente su debilidad, pues la forma de operar dentro de ese partido, la construcción de equilibrios son ciencias sólo conocidas a plenitud por sus participantes activos, de los que Avila es aún ajeno. Ahí recae su gran reto.
Mujeres, calidad versus cantidad. El gabinete de Marcelo Ebrard cumplió con una presencia de mujeres muy importante y que vale la pena resaltar, sin embargo fuera de dos de ellas – Martha Delgado y Malú Micher- , el resto son más bien cuotas de partido que profesionales en su ramo. Mientras que Calderón tiene menos representantes femeninas pero con mayor calidad, como son el caso de Josefina Vázquez Mota y Patricia Espinosa. El gobierno de Lopez Obrador, a pesar de tener una cantidad importante de mujeres, optó por un equipo incondicional y poco proactivo. Podríamos decir que sí se necesitan más mujeres pero también mujeres con talento y visión, compromiso y autonomía.
Desarrollo social, corporativos versus incógnitas. La secretaria de desarrollo social, en ambos niveles, se ha convertido en un espacio de visibilidad de un proyecto político. Marcelo Ebrard decidió, o cedió como se le quiera ver, colocar a Martí Batres, corporativo histórico del PRD y de esta ciudad, al frente de la institcuión que 'reperte' el bien social. El riesgo que se corre con este nombramiento es enorme. En primer lugar por el evidente riesgo de que Batres use este espacio para consolidar clientelas que le permitan extender su influencia y poder político a costa de la construcción de ciudadanía. Pero además significa que la lógica asistencial y de dadivas se consolidara en este sexenio en el DF. Martí Batres usará, que no nos quede duda, este espacio para fortalecer su espacio político y ensanchar las filas de sus clientelas, y eso no es una buena noticia para ningún capitalino, mucho menos para sus adversarios políticos en la ciudad. Calderón, por su parte, nombró a Beatriz Zavala en esta secretaría, de Zavala se sabe poco y, más allá de su lealtad al presidente, esta por verse que tipo de programas y dinámicas impone desde ahí. Si es clientelar o no, esta aún por verse.
Hay muchas comparaciones más que destacar, pero queda claro que ambos resolvieron sus equipos para una etapa y será importante dar seguimiento a sus acciones, exigir transparencia de ambas gestiones – la perredista en particular deberá hacer un compromiso mayor en el tema – para asegurarnos que tengamos los mejores gobiernos posibles.

diciembre 03, 2006

Inicia una nueva etapa

A las 0:30 horas del viernes primero de diciembre abordé un taxi en la capital de la República, terminaba un día de trabajo más. En cuanto subí el conductor exclamó previo a todo preámbulo: ‘Ya tomó posesión Felipe, Fox le dio la banda a un cadete’, y de inmediato subió el volumen de su radio. Justo en ese instante empezó a sonar el celular con la novedad y los detalles. La sensación inmediata era que se había consumado algún acuerdo entre PAN y PRD y que este evento podía significar la no asistencia del presidente saliente a San Lázaro.
La especulación de esa noche y de los días previos se acercaba a su fin.En la mañana, más allá de la ridícula transmisión de Cepropie (la televisión oficial), vimos como se consumaba el final de una compleja y difícil etapa en la vida nacional. Calderón logró hacer de un momento difícil un triunfo y se colocó de golpe en un lugar distinto que el que asumió Fox. Demostró que puede hacer lo que quiere, aun con las complicaciones propias de un país convulso como el que tenemos.
El presidente Calderón no ignoró a la realidad en su discurso y lanzó al menos dos señales en ese sentido. Dijo que sabía de las complejas condiciones en las asumía el cargo y después reconoció la importancia de reconocer lo manifestado por todas y todos los que votaron por otra opción y lo que eso manifiesta.Con lo sucedido ayer queda concluida una etapa de tensión y complicación política e inicia una en la que será fundamental ver la disposición de nuevo gobierno para avanzar en las transformaciones y cambios que este país necesita y que muchas fuerzas políticas y sociales demandan.Esta nueva era nacional no debe ser vista como una de forcejeos y debilidades, tampoco como una en la que se puede sacar ventaja personal y partidista de las condiciones del país. No. Debe ser una etapa en la que prive el diálogo, la construcción de acuerdos y se debe de gestar un acuerdo de cambio entre todas las fuerzas políticas.
La reforma de nuestras instituciones políticas y electorales debe estar en el centro de la discusión parlamentaria, la oportunidad es espléndida para que tengamos en el mediano plazo todo un paquete de nuevas reglas del juego que nos den la posibilidad de hacer más y mejor política, que nos abran puertas hacia una vida institucional cercana a la sociedad.Para que esta nueva etapa se requieren de algunas condiciones fundamentales, una primera tiene que ver con el Partido de la Revolución Democrática. Asumir su lugar en la vida pública implica para esta fuerza nacional separarse de la lógica radical en sus prácticas y sostener su crítica y su oposición dentro del juego democrático e institucional. Si el PRD puede construir la posibilidad de separar a López Obrador del mandato recibido por sus votantes, podremos ver por primera vez en años, una real viabilidad de la consolidación de estos cambios y llegar así a las próximas elecciones con un andamiaje institucional que nos permita tener resultados positivos y claros.La otra condición clave es que Calderón y su partido acepten que la pluralidad y diversidad de este país y desde esa perspectiva se presten y se asuman como una parte fundamental para que se avance seriamente en los temas que el país requiere. Que las visiones conservadoras ni autoritarias no sean las que imperen.Si estas condiciones, y tal vez algunas más, se cumplen, tendremos una siguiente etapa exitosa y redituable para las mujeres y los hombres de este país.Cajón de sastre. En medio de los grandes temas y la gran expectación mediática alrededor del evento de ayer se han extraviado algunos temas importantes. En primer lugar se han presentado iniciativas sobre el aborto, eutanasia y efectiva igualdad entre hombres y mujeres, todo esto en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Esto recoloca a la Ciudad de México a la vanguardia de los debates sobre una verdadera sociedad de derechos y entraremos a estos temas en textos posteriores.Además aprovecho para informarle que este jueves Alberto Begné derrotó a Víctor González Torres en una demanda promovida por este segundo. Es una derrota contundente que demuestra una vez más que las incursiones del autodenominado ‘Dr. Simi’ en política siguen siendo a partir de oscuros intereses y salvajes pretensiones. Como siempre hemos dicho tenemos que romper el binomio política y dinero. Empresarios a sus empresas, políticos a sus partidos.

País en guerra

A Jesús Blancornelas periodista valiente, descanse en paz

Mientras la clase política mexicana, toda, debate y especula sobre la conformación del gabinete de Felipe Calderón, analiza una vez más la situación en Oaxaca, mientras la Cámara de Diputados repiensa su agenda legislativa, mientras los partidos se enfrascan en velados y abiertos combates internos, mientras todo esto pasa el país, México está en guerra.Suena, tal vez, exagerado. Exagerado puede ser porque no hay un ejército guatemalteco marchando hacia la capital. Pero aun cuando no es una guerra formal, es una guerra.Las muertes por ejecuciones, los policías muertos, la violencia en Acapulco, los motines en Michoacán, el sitio en Nuevo Laredo, la proliferación de armas largas, cortas y blancas, las granadas, los ataques a diarios que investigan, los autos blindados, los levantamientos, los secuestros. Dispense usted pero esto es una guerra.En los últimos tres años el incremento en la violencia ha sido diario y se está empezando a convertir en algo cotidiano.Recuerdo cómo quedé perplejo cuando vi a radicales islámicos decapitando a supuestos enemigos. Más perplejo quedé cuando me topé con la fotografía de 5 cabezas arrojadas en un bar de Michoacán.Nos está alcanzando la locura de la guerra entre facciones, sicarios, narcos, bandas. El crimen organizado está tomando como campo de batalla nuestras calles, nuestras casas, nuestra nación. Y escandaliza la insuficiencia que tenemos para hacerle frente.Lázaro Cárdenas y Zeferino Torreblanca suplican, ruegan por ayuda. Pero la ayuda no llega, en gran medida porque este país no ve, no sabe, no quiere saber qué tiene en ciernes un enfrentamiento bélico de proporciones colosales.En lo que va del año los muertos por ejecuciones o en asuntos relacionados al narcotráfico excede, por mucho, los saldos norteamericanos caídos en Irak.La guerra es silenciosa y toca todo, toca a las instituciones, a la gente, a la economía, a la confianza internacional, sólo parece no tocar a la clase política. Esa que sigue poniendo más atención a sus dineros que a los dineros para enfrentar esta situación. Ya no se puede callar más. Urge que todo el país, en conjunto, asuma y atienda este problema. La única manera de empezar a derrotar a estos grupos es con la acción colectiva y creativa de toda la sociedad. Las fórmulas del pasado están caducando seriamente y es tiempo de empezar a tomar medidas.Algunos dicen que se deben comprar más y mejores armas, otros que se debe reemplazar a todos los cuerpos policiacos, otros aseguran que una policía nacional sería un gran paso. Pero habría que pensar seriamente si la solución a esto es bélica.¿Podemos derrotar a estos grupos por la vía policíaca y militar? Hay gente convencida que la legalización de algunas drogas llamadas blandas, como la marihuana, es una solución mas útil y sensata. Es difícil saber, pero es hora de ponernos a pensar en el tema. Nuestro futuro depende de saber entender y resolver una situación que más que ‘colombianizarse’ se está volviendo imposible.Es así de elemental: cuando un país esta en guerra, lo primero y más importante es ganar esa guerra, todo lo demás viene después.