Muchas personas, unas desde sus espacios de opinión y otros sólo desde su facebook o mail, están promoviendo ir a votar, pero hacerlo en blanco o anularlo como una ‘forma de protestar’ por la forma en la que se hace política en México.
Si bien me parece que todo mundo tiene derecho a hacer lo que quiera, me parece que esta campaña lejos de lograr una protesta contra el sistema político, en realidad lo termina legitimando y pudiese hasta acabar siendo una coartada para los partidos políticos tradicionales.
En primer lugar, y dado el funcionamiento del sistema electoral, un voto en blanco o de protesta no se contabiliza por sí mismo, es decir entra en la misma lista que los que votan por Cantinflas, o se equivocan al votar. En el 2006 en la votación para diputados se contabilizaron 1,033,000 votos nulos. Y eso fue sin campaña de anulación. Sin embargo para efectos de porcentaje, se utiliza sólo la votación efectiva. Es decir, sin votos nulos. Los votos nulos no cuentan en nuestro sistema electoral, son descartados como abstención simple y llana.
Por eso es que me atrevo a decir que ir a anular un voto o votar en blanco, lejos de constituir un acto de protesta o rebeldía es solamente un voto MÁS por el PRI, PRD y por el PAN. Es más hasta por el Verde. Es ir a mantener a la clase política tradicional, a la misma de siempre, es ir a regalarles un voto, una curul, un presupuesto. Así de trágico es. Y así de bien les viene esta ‘protesta’.
Aunado a ello, en el 2006 el partido que, al abrirse los paquetes electorales para un recuento, recuperó más votos fue el que, obviamente, tuvo menos representantes en casilla: Alternativa Socialdemócrata. Es evidente que se había logrado que funcionarios y representantes contabilizaran los votos de este partido como nulos para sacarlos de la contabilidad y elevar así su porcentaje de votos. Esto es, no valen lo mismo 30 votos de 100, que 30 votos de 90. En elecciones locales de 2007y 2008 se documento el uso de ‘anillos rayadores’ de votos que permiten decidir que votos se anulan y que votos se cuentan.
Las malas conciencias suponen que esta campaña por el voto nulo o blanco pudiera ser promovida por los partidos tradicionales pues constituye la coartada perfecta para elevar –tramposamente- el número de nulos, bajar la votación efectiva y tenerlo perfectamente justificado. Similar a la idea de que el spot del Panal del 2006 ‘Uno de tres’ realmente funcionó. Ese anuncio lo que logró fue darle una coartada a ese partido para no hacer tan evidente su movilización corporativa y clientelar de la estructura del sindicato. Los números no mienten: el Panal recibió, misteriosamente, dos de tres, no uno de tres.
Por eso llama la atención que las personalidades que promueven este voto en blanco sean personas que hasta hace unos meses o años promovían el voto responsable o por sí mismas. Con la idea de que si ellas o ellos contendían pues entonces el sistema política era útil, pero si no están en ningún partido la única opción es la anulación.
Para decirlo con franqueza: si anulas o te abstienes, los mantienes. Si anulas o te abstienes, votas por el PRI, PAN, PRD. Si te abstienes o anulas, les das la excusa perfecta para desaparecer a las fuerzas políticas emergentes.
Si de verdad te quieres rebelar, si de verdad quieres cambiar la forma en la que se hace y discute la política. Si de verdad te interesa generar una transformación y una protesta, vota.
Vota por el único partido que ha colocado las propuestas y las ideas por delante y que, le pese a quien le pese, no tiene dueña o dueño, ni jefes, ni mesías. Es un proyecto colectivo.
Vota libre, vota PSD.