abril 28, 2007

El fondo en la guerra yucateca

Yucatán está a veinte días de elegir a su gubernatura, renovar su congreso local y sus presidencias municipales. A veinte días de su jornada electoral ya empieza a convertirse en un caso de estudio.




















Para empezar el proceso de selección de las candidaturas que hoy compiten fue conflictivo en varios sentidos. Y las encuestas recientes lo demuestran.

El Partido Acción Nacional vio partir a Ana Rosa Payán de sus filas. Histórica luchadora y activista blanquiazul, Ana Rosa consideraba que esta era la suya y que no se lo podían arrebatar. Pero la decisión de su militancia – con o sin línea nacional- fue distinta y quedó electo Xavier Abreu. Ana Rosa convencida de que su personalidad e historia eran más fuertes que el propio panismo, renunció al PAN y se registro por Convergencia y el PT. Craso y fatal error. Ana Rosa tiene hoy un sólido tres por ciento de preferencias electorales y su efecto sobre el proceso electoral es mínimo. Abreu por su parte parece haber construido – a través de programas sociales y de una campaña aburrida y gris- una ventaja difícil de remontar. Lleva más de 7 puntos de delantera a la candidata tricolor.

El PRI vio surgir a Ivonne Ortega frente a legendarios liderazgos como el de Dulce María Sauri. Sin embargo aquí no hubieron fracturas, sólo algunas críticas severas al procedimiento seguido, el de las encuestas. Su cálculo era que con su candidatura mas popular podrían arrebatarle estado al panismo. A pesar de una campaña activa y viva, Ortega

Para el PRD esta es una entidad perdida. No ha sido capaz de levantar una propuesta de izquierda atractiva para la sociedad yucateca y se enfrentaban al dilema de que tipo de candidatura se atrevería a ser registrada. Al momento del rompimiento de Ana Rosa, entusiasmado, Lopez Obrador lanzó la instrucción de construir su registro. Pero poco tardó en convertirse en un problema político de dimensiones incontrolables y en pleno Consejo Político perredista revirtió, con la anuencia del promotor, la posibilidad de que la ex panista, vinculada a una profunda y conservadora derecha, fuese su candidata.

Ahí empezó la búsqueda de una candidatura que derivó en la postulación de un septuagenario – tal vez octogenario- cómico local, Hector 'el cholo' Herrera. El resultado, según GEA-ISA, es un consolidado cuatro por ciento de la votación. La desgracia para el perredismo es que no logrará mantener la votación obtenida por su ex candidato presidencial que rebasó el veinte por ciento.

Para Alternativa este ha sido un proceso cuesta arriba. Eligieron a Jorge Lizcano para abanderar sus causas como candidato externo y que ha resultado congruente con los postulados de su partido. Sin embargo frente a una elección polarizada y con grandes cantidades de recursos erogados, las finanzas pobres de su partido, una prensa poco democrática y reglas que no atienden de fondo la inequidad de las contiendas; su porcentaje oscila entre uno y dos por ciento. El gran reto para este candidato será consolidar el refrendo del registro local y colocar una presencia en el legislativo. Si logra esto podrá festejar el 20 de mayo y demostrar algo que ni ana Rosa, ni 'el cholo' podrán: sí cabe una nueva opción en Yucatán.

Yucatán define mucho y adquiere relevancia por diferentes razones. Es la primera gubernatura desde que tomó posesión Felipe Calderón. Es importante para el gobierno federal demostrar que está al alza y que no llegó para perder plazas. Refrendar el gobierno en ese estado contiene mensajes simbólicos que le tienen importancia a los Pinos.

Curiosamente, para Beatriz Paredes esta también es su primera elección desde que asumió la dirección del partido. De ahí que le tenga particular relevancia no arrancar perdiendo y mucho menos de manera estrepitosa.

Lo que se juega en Yucatán es más que sólo un gobierno local, es el arranque de 14 procesos electorales locales en los que habrá otras dos gubernaturas en juego, Michoacán y Baja California.

Yucatán es el banderazo de salida de la construcción de todos los partidos de su consolidación hacia el 2009 y la renovación del congreso federal.

En este sentido vale la pena mirar el proceso para ver si el PAN logra capitalizar su gobierno, si el PRI tiene capacidades para remontar, si el PRD tiene algo más de lo que siempre ha tenido, veremos si el pragmatismo absoluto del PT y Convergencia le sirve de algo y si Alternativa tiene la enjundia para seguir logrando votaciones heroicas.

abril 22, 2007

Mujer, aunque ladren serás libre


Han pasado semanas desde que la controversia sobre el aborto tomó por asalto a los medios y las sobremesas del país y en particular de la ciudad de México.
Ya he expuesto los motivos por los cuales considero que es una esplendida medida, no sólo para darles a las mujeres plenitud en su derecho a decidir, no sólo por el tema de salud pública y no sólo por haber sacado a la luz este tema que en la clandestinidad es una plena realidad. También porque ha dibujado de cuerpo entero a esa gente que –escudados en ser ‘representantes’ de la verdad, de la justicia moral, de las buenas costumbres- han demostrado que la única manera en la que pueden ser parte de esta discusión es con mentiras, engaños, lugares comunes y amenazas.
La descomposición de los conservadores, o peor aun, de la ultra derecha, ha dejado al descubierto la espesa y desagradable doble moral con la que se conducen.
La jerarquía católica ha echado mano de absolutamente todos sus recursos, incluyendo el apoyo papal, para tratar de arrinconar a las mujeres y hombres que integran la Asamblea Legislativa y que se desistan de algo que muchas y muchos llevamos años tratando de lograr: que México sea un país de libertades, entre muchas, la libertad para decidir. La libertad para las mujeres. Un paso hacia su plena emancipación de un régimen que las ha contenido desde siempre. Pero es de particular escándalo la tardía, radical y desproporcionada reacción del Partido Acción Nacional. Se han convertido en paladines de la calumnia, la desinformación y quieren obtener cuanto rédito político les toque. Tal vez lo logren. Tal vez suban en las encuestas. Pero tarde o temprano la sociedad les hará saber que el solapar a un sector tan impulsivo les tendrá un costo. No les será fácil a Mariana Gomez del Campo, presidenta del PAN-DF resarcir su comentario de ‘chillones’ a los diputados amenazados de muerte por las huestes que ella protege. Máxime cuando además añade un tartamudeado ‘ah y chillonas’ para darle toda la perspectiva de genero a su irresponsabilidad. El PAN cargará por años con esta absurda campaña. Este partido se comporta, hoy, como sus detractores lo hicieron en el conflicto pos electoral, demostrando que en mucho son parecidos.
La decisión que estará tomando la Asamblea Legislativa este martes es una que significa, en conjunto con la ley de sociedad de convivencia, la consolidación de dos de las libertades más difíciles de construir. Las que más les cuesta aceptar a aquellos que, cegados por sus miedos, guiados por sus inseguridades, le hacen la guerra a la libertad.
Los derechos pueden ser usados o no, pero no pueden ser rechazados por nadie más que por uno mismo. La libertad es un motor social. Esto es lo que no alcanzan a entender aquellos que se oponen a ella. La libertad estimula la creatividad, la intensidad, el empuje que nuestra sociedad necesita para construir un país competitivo, un país con mayor calidad de vida.
En libertad florecen mil flores, en libertad la gente cumple sus sueños, en libertad los conservadores aprenden, los progresistas aprenden, la gente aprende.
Aprende a ser tolerante, aprende a respetar las decisiones –por distintas a las propias que sean- de otros, aprenden a mirar el conjunto, a disfrutar la diversidad, a apreciar la pluralidad. Aprenden a dejar de temer al futuro y a soñar con él.
El martes daremos un paso. Uno de los muchos que faltan. Pero eso no le resta ni un ápice de importancia. En las condiciones en las que en nuestro país se ha dado el avance, este es un éxito rotundo.
Legisladoras y legisladores de esta ALDF debiesen estar orgullosos de ser parte de la historia, del movimiento, de ser parte de la construcción de la libertad.
Es evidente que el debate no termina aquí. Empieza en cada conciencia. Donde debe estar. El debate sobre abortar o no debe residir en cada mujer, en su futuro, en sus aspiraciones. El aborto ya no será decisión de algún hombre, mezquino, en un hábito detrás de un pulpito, tampoco del arrogante engendrador, o del pasmoso ‘líder’ moral de la asociación que se dice estar a favor de la vida y para ello prefiere mentir, enredar y desinformar.
El aborto, mujer, será una decisión tuya. Intima, segura, difícil sin duda, pero tuya. Lo que juzgue la gente será su problema, pero tu estado te defenderá y dará alguna garantía para que no lo vivas en la clandestinidad, y así, tal vez, el dolor será un poco menor.
Para que en tu decisión no te juegues la vida. Para que la vida sea tuya para construir, soñar, disfrutar.
Marcharemos aunque ladren. Que ladren aquellos que prefieren que las mujeres dejen de serlo para ser madres. Como si fueran sentidos contra puestos. Que ladren los que quieren comparar los huevos de tortuga y las decisiones libres.
Que ladren los que temen perder su control histórico e histérico sobre las mujeres. Que ladren los que suponen que sólo hay una verdad, una manera correcta de vivir.
Y desde el martes, mujer: Que ladren los que temen a tu libertad.

abril 15, 2007

Si Sartori fuese mexicano...


Estos días hemos sido bombardeados por un sin fin de temas polémicos y complejos. A la cabeza está la despenalización del aborto en el Distrito Federal, junto con la iracunda respuesta de los sectores más conservadores y tradicionales de la sociedad. También hemos visto el debate sobre Ernestina Ascensio, la mujer muerta en Zongolica, Veracruz, lo que ha desatado una batalla mediática sobre las razones y condiciones de su muerte, mismas que siguen dejándonos en la incertidumbre. Imposible dejar escapar el regreso de Napo, el infame dirigente del sindicato minero y que regresa a poner en orden tanto a sus también cuestionables detractores, así como a apoyar convenientemente las pruebas de la incompetencia del gobierno pasado. Hemos leído y visto agrios debates sobre las playas de Marcelo Ebrard, el Plan Puebla Panamá, la misteriosa debacle de Lorena Ochoa en un hoyo que no era tan complejo, en fin, cientos de temas que van y vienen y que, a veces, nos desdibujan los temas de trascendencia para este momento del país. Aparece en escena Giovanni Sartori, eminencia de la ciencia política y dice que aquí no hace falta, ni servirá, una reforma electoral.
Creo, por el contrario, que el tema de la reforma electoral es crucial en la consolidación de una democracia que debe, en todo sentido, dejar de ser el centro del debate.
Demasiado tiempo, demasiadas veces, las elecciones, su confiabilidad y sus fallas, son el motivo de confrontaciones políticas que además dejan en claro no sólo la escasa sofisticación de nuestra clase política, sino también el hecho de que nuestras reglas institucionales están quedándose cortas frente a lo competido de las contiendas.
Esto es, que para que podamos colocar los temas de verdadera relevancia en la mesa de la discusión nacional, tenemos que lograr una reforma electoral que permita transitar veinte años sin tener que regresar a su discusión.
Sería un grave error motivar y explicar la reforma electoral, como quieren el PRD y el PRI, en los resultados del proceso presidencial pasado; especialmente cuando es claro que las deficiencias y necesidades de reforma a las leyes electorales vienen siendo un tema desde hace años.
Desde su publicación en 1990, el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales ha sido modificado en diez ocasiones, destacando las reformas de 1996, en las que se otorgó autonomía al Instituto Federal Electoral.
Tras ellas, pasaron casi siete años para que el Congreso realizara un nuevo cambio al COFIPE y, dos años después, se realizó la última modificación a su texto. Con estos cambios se elevaron los requisitos para la creación de partidos políticos.
Desde las reformas electorales de 1996, el resto han sido modificaciones orientadas a la perpetuación de privilegios y del estado de las cosas, promovidas todas por los propios integrantes del sistema de partidos. Y si se cae en la tentación de realizar una serie de reformas con el principalísimo objetivo de reventar al actual Consejo General del IFE estaremos dando pie a que los alcances de esta reforma queden, una vez más, limitados y nos condenaremos a vivir, otra vez, esta discusión en el año 2010 —cuando los perdedores del 2009 se inconformen con todo—.
Es precisamente por esto que la lógica de fondo en la nueva concepción de nuestra vida democrática debe estar alineada con la transparencia, la pluralidad y diversidad política del país, el respeto a los procedimientos y a la ley y sobre todas las cosas éste debe ser un debate incluyente en el que todas las fuerzas políticas y sociales estén involucradas y después informadas con detalle sobre las decisiones tomadas.
Mirar hacia una reforma de índole electoral en México genera una sensación de necesidad. Sin embargo, resulta fundamental que, cuando menos, garantice —tanto durante el proceso legislativo, como en los resultados del mismo— los siguientes puntos:
Equidad en la competencia
Representación de todas las voces, no sólo de las mayoritarias
Acceso y participación activos de la ciudadanía
Una reforma de esta magnitud no puede limitarse a la modificación de un reducido número de artículos; por el contrario, debe ser integral y será indispensable la profunda discusión de temas como la composición del Consejo General del Instituto Federal Electoral, los mecanismos de elección de los Consejeros y sus periodos de gestión, el acceso a los medios de comunicación, la integración del Congreso, la segunda vuelta, la renovación de las credenciales para votar, la regulación de las pre campañas y de las campañas mismas y, por supuesto, el financiamiento público para los partidos políticos —es indispensable romper con el binomio perverso de dinero y política—.
Poco a poco se irá desarrollando el proceso de discusión sobre cómo hacer de nuestro sistema electoral uno más confiable y menos controvertido, se irán planteando ideas sobre las decenas de temas que involucra y será fundamental que los partidos políticos estén a la altura de las expectativas sociales y no en una pugna cortoplacista e inútil para nuestro futuro.
Ante todo esto, cuando aparece una mente tan privilegiada como la de Giovanni Sartori en la escena nacional y dice que aquí no hace falta una reforma electoral, sólo basta pensar qué diría si él fuera mexicano y hubiese vivido todo lo que nosotros. Seguro pediría a gritos ser parte de esa discusión.

abril 09, 2007

Periodistas que mueren


El asesinato del corresponsal de Televisa en Acapulco, Guerrero, es una señal más del crimen organizado contra la labor periodística.
Son ya muchas las señales que han sido enviadas desde los grupos de sicarios y los cárteles hacia los medios y los periodistas que se meten demasiado “donde nadie los llamó”. Granadas a diarios, atentados contra directores de medios fronterizos, amenazas a reporteros, sobornos, asesinatos, atentados. Y ante esta nueva oleada de violencia contra policías e informadores es preciso hacerse algunas preguntas.
En primer lugar, después del impacto generado por los operativos conjuntos entre policía federal y ejército, ¿hemos mermado en algo la capacidad de acción de estos grupos? La impresión a ojo de buen cubero es que logramos agitar el avispero, pero no sabemos mucho de cuánto daño se les ha inflingido a estos grupos. Es evidente que esta información es, y debe de ser, confidencial, pero el problema de percepción pública es creciente, amenazante y preocupante.
Hoy lamentamos la muerte de Amado Ramírez, el periodista en Acapulco —además vale la pena hacer notar que fue ejecutado a las siete de la noche a una cuadra del malecón, donde miles de turistas se pasean— no sólo por la irremediable pérdida, pero también por todo el simbolismo que entraña. México se está convirtiendo a pasos agigantados en un país de muerte, violencia y temor.
No digo esto con ánimos tremendistas, lo digo convencido de que es inocultable por el simple dato de que este jueves y viernes santos fueron ejecutadas 21 personas por el crimen organizado en el país. Veintiuno.
Esto nos lleva a formularnos la segunda pregunta. ¿Nos debe o no preocupar esta escalada de violencia? Hace unos días escuché a unas amistades asegurar que mientras se mataran entre ellos, entre los “malos”, la escalada les tenía sin cuidado.
Es evidente que hoy tenemos muertos en todos los costados. Algunos por “malos” otros por ser policías, otros por ir pasando y otros, como el caso de Amado por dar cuenta e investigar. Es tiempo de preocuparnos, es tiempo de que las autoridades encuentren una ecuación que nos permita empezar a tener señales de algún éxito, al menos de alguna tranquilidad.
En mi opinión el problema de fondo tardará demasiados años en resolverse, y es relativamente atinado decir que hemos entrado, ahora sí, en un enfrentamiento profundo con estas fuerzas. Sin embargo hay dudas que aún flotan en el ambiente.
Tercera pregunta. ¿Estamos defendiendo a un cártel y atacando a otro? ¿Sabemos dónde está el Chapo Guzmán? Este tema es crucial y aunque nunca sepamos a ciencia cierta que está ocurriendo en las cloacas de nuestro sistema de justicia, las sentencias en las ejecuciones no dejan mucho a la imaginación.
Poco a poco, se va dificultando entender y explicar lo que estamos viendo. No tenemos información que podría clarificarlo todo, y no la tenemos porque de tenerla complicaríamos todo aún más. La batalla contra estas organizaciones requiere de fuerza pero también de inteligencia. De infiltración, de años de seguimiento. Pero también de agallas para detenerles, para procesarles.
Hoy somos simples espectadores de una cadena que parece interminable de violencia, cada una peor y más cruel que la anterior. Hoy México tiene decapitados, encajuelados, diputados baleados, granadazos, balaceras de más de 50 minutos, policías ejecutados, millones en efectivo incautados —y mal contados al parecer— y la pregunta, final pero que no termina es sencilla ¿tendrá final esta batalla?
Espero, como muchas mujeres y hombres en este país, que sí. Espero que pronto podamos tener un país que si bien nunca estará exento de crimen y violencia, al menos tenga niveles sensatos de ambos.
Y todo quedará en un extenso ojalá, porque no lo sabremos por un buen tiempo más.
En todo caso, mi más sentido reconocimiento a todas y todos los periodistas que ponen su seguridad en riesgo para buscar la verdad y decir lo que encuentran.
No deberíamos ser un país en el que el periodismo sea una profesión tan peligrosa.