abril 29, 2006

Ciudadanos libres

Este artículo recupera algunas de las ideas que vertió Patricia Mercado, candidata de Alternativa, frente a un grupo de jóvenes. Me resultó importante compartir algunas reflexiones sobre el concepto de libertad, ciudadanía y la importancia incuestionable que tienen frente a la transformación de nuestra cultura política. El futuro de nuestro sistema político está en juego en este proceso electoral, y es posible que pongamos en el centro del debate público a mujeres y hombres libres, frente al tradicional uso de las clientelas políticas. En las elecciones del 2000 la coyuntura política se podía definir en el tipo de sistema político que decidimos tener en México. En estas elecciones, las del 2006, lo que se define no es el sistema político en sí, sino los actores de este sistema. Vale la pena darle una re leída a lo que mujeres y hombres libres debiesen ser en un país diferente, y sobre todo, de cara a lo que las clientelas políticas han sido. Mujeres y hombres libres son los actores de la política moderna que usa más el poder del convencimiento que el poder de las clientelas, el lucro de las necesidades básicas —la despensa, los materiales de construcción, etcétera. Mujeres y hombres libres están convencidos de la utilidad de preocuparse por los asuntos públicos, de la posibilidad de construir nuevos valores, de rescatar la dignidad en la acción política. Las clientelas políticas despolitizan las discusiones públicas y todo se convierte en un juego de intereses. Mujeres y hombres libres usan el poder de sus ideas, y de sus argumentos para resistir los embates del dinero privado en contra del libre quehacer político. Las clientelas políticas sólo se convencen con dinero. Mujeres y hombres libres convencen a la comunidad y la contraponen a la fragmentación que nos lleva poco a poco a una confrontación permanente. En donde unos se declaran aterrados frente a los aciertos de sus contrincantes, y otros actúan con soberbia y callan a los demás. Mujeres y hombres libres se abocan a reconstruir el futuro para liberarnos de la desesperanza que provocan las desgracias económicas actuales. Apuestan a la inversión en la gente y a la rentabilidad política que supone la construcción y la consolidación de instituciones. Mujeres y hombres libres aspiran a la igualdad en la libertad para no ser sometidos por la frustración de la excluyente desigualdad que vivimos en México. El compromiso que hacen con la justicia social se refrenda a través de la libertad. A diferencia de la ausencia de justicia como excusa para ejercer un poder autoritario, herramienta de las clientelas políticas. Mujeres y hombres libres combaten los estigmas sociales para fortalecer la pluralidad que les da fuerza en las diferencias. Las decisiones que toman con base en las diferencias étnicas, de género, religiosas, económicas, de preferencia sexual, y políticas, no son para sumar obligaciones y restar derechos, sino para fortalecer la inclusión de todos a la casa común. Las clientelas excluyen. Mujeres y hombres libres ejercen sus derechos asumiendo conscientemente más responsabilidades. Las clientelas políticas ayudan a eludir la rendición de cuentas. Mujeres y hombres libres ejercen su ciudadanía pronunciando en voz alta los malestares que otros callan. Las clientelas políticas silencian a aquellos que no se dejan someter por las mayorías. Este país requiere de un proyecto para liberar a las mexicanas y a los mexicanos del miedo, de la pobreza, de la ignorancia, de la enfermedad, de la intolerancia pero siempre, absolutamente siempre siendo ellos mismos los actores de la política moderna. Por ello, mujeres y hombres libres, no claudican de su libertad ni a través de caudillos ni a través de redentores.

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