Hace algunos años, en las páginas de Crónica, escribí un articulo llamado ‘El PRD y los gays’ en el que manifestaba mi profunda desilusión con ese partido y en particular con el entonces Jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, por haber dado carpetazo político a una ley que podría acercar a las parejas homosexuales, y de muchas otras índoles, a derechos que son de uso exclusivo de los heterosexuales. En ese tiempo el gobierno capitalino cerró, por razones electorales, la puerta a la discusión y votación de esta ley por un simple cálculo de votos. Así, pusieron sus principios bajo el tapete y olvidaron que uno de los ejes que hace a la izquierda distinta de la derecha es su disposición a impulsar la igualdad y la equidad, sobre todo cuando se trata de acceso a los mismos derechos.
Para fortuna de esta capital, el día de hoy varios diputados locales del Distrito Federal asumirán públicamente su compromiso para impulsar la iniciativa de la Ley de Sociedades de Convivencia. Esta ley ha pasado por diversos momentos críticos y es altamente probable que por fin pueda ver la luz del día en esta legislatura. Jorge Carlos Díaz Cuervo, de Alternativa, y Victor Hugo Círigo, del PRD, acompañados de Enrique Perez Correa, Raúl Alejandro Ramírez, Juan Ricardo García Hernández serán los que acompañen esta iniciativa en todos sus diversos momentos, hasta, ojalá una votación mayoritaria en el pleno del congreso local.
El asunto no es menor, hay que recordar que esta ley ha sido denominada por sectores conservadores como la ‘ley de los gays’, y que con esa peyorativa calificación se intentando denostar un esfuerzo importante por lograr algo que debiese ser elemental en nuestra sociedad, eso es que, la gente, sin importar su raza, cultura, lengua, estado socioeconómico, preferencia sexual, debemos tener exactaemtne los mismos derechos. Ante la ley, ninguna de estas consideraciones debe ser relevante. Por desgracia hoy no tenemos leyes que de a ciertos nuevos tipos de familias las mismas garantías que sí se le dan a las familias tradicionales.
Nuestra ciudad, y nuestro país también, tiene que empezar a reconocer que hoy es tan familia una madre soltera que vive con su madre como un par de hermanas ancianas que han compartido lo que tienen toda su vida. Como los mismos derechos debe tener un mujer que se enamora de una mujer que otra que se enamora de un hombre.
La sociedad va cambiando con dinámicas que son difícilmente calificables o cuantificables, cada generación se rompen barreras y se construyen nuevas, esa premisa nos debe llevar, en una lógica de comunidad, a entender que no podemos preservar las cosas como son en las leyes cuando en la vida cotidiana de las personas las cosas ya son distintas.
Aprobar esta ley nos permitirá ser capaces de reflejar en nuestras ordenanzas y leyes la diversidad y pluralidad que compone a esta ciudad. Pero además pondrá en un lugar totalmente distinto a mucha gente que no puede acceder a ciertos derechos por el simple hecho de no ser socialmente diferentes.
Es importante que en esta ocasión no haya cálculos, compromisos ni temores que obstaculicen el avance de esta ley. Debemos ser, toda la ciudadanía, vigilantes de que exista un debate amplio y honesto sobre este tipo de legislaciones y sobre todo mantener alejados a los juegos de componendas: es hora de que cada partido y cada legisladora y legislador tome y asuma su postura.
No es difícil imaginar quienes se opondrán en automático. Los panistas y algunos otros como bien pueden los legisladores del Partido Verde, el menos serio de nuestra historia política contemporánea. Los mismos que llegaron siendo tres hombres y una mujer y hoy son cuatro hombres gracias a una oportuna renuncia de la legisladora.
Sin embargo no dudo que dentro del propio panismo habrá quienes entiendan que esta ley es un avance para las mujeres de esta ciudad, que oponerse a este tipo de iniciativa lo que demuestra no es tener muchos y muy pulcros principios, si no más bien una preocupante lejanía de la sociedad misma.
Reconozcamos lo que somos, lo que tenemos, lo que queremos. Reconozcamos el derecho de todas las personas a ser felices y hagamos un genuino esfuerzo por darnos igualdad de derechos. Es hora de tomar posición.
octubre 22, 2006
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3 comentarios:
Mucho se ha escrito en estos ultimos dias sobre la nueva propuesta de ley de sociedades de convivencia; pues he aqui mi comentario. En verdad espero que sea votada y aprobada por los perredistas que hoy dia dicen que asi lo harán, y ellos mimos dicen que no permitirán "linea" de nadie; mantengo mi duda ya que es posible que el pejejito quiera seguir inmiscuyendose en la vida de ese partido. FUERZA y VALOR le pido a los diputados de Alternativa y PRD para que se luche por la aprobación, un paso muy importante sin duda.
Saludos y mi apoyo desde Xalapa.
Entiendo Luciano que la posición de Alternativa es de fondo en el sentido de buscar la igualdad y la no discriminación con una iniciativa de ley que puede y debe ser perfectible.
Tuve la oportunidad de leer la citada iniciativa del diputado Jorge Carlos Díaz Cuervo de la coalición parlamentaria socialdemócrata en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y me parece oportuno reproducir algunos comentarios de Alfredo Narváez (publicados en http://andreslajous.blogs.com/alternativa_joven/2006/10/insisto_el_prob.html#comments) que a mi juicio son dignos de tomarse muy en cuenta. Los pongo a tu consideración:
“Primero quitemos el monopolio del matrimonio civil a la heterosexualidad…La propuesta de Sociedades de Convivencia no sólo no es liberal, es conservadora y totalmente indigna de Alternativa, ya que sólo le hará el juego a los intereses del pasado sin proponer cambios reales. ¿Acaso si mi pareja si es extranjera gana residencia con ese contrato? No. ¿Acaso tengo derecho a su seguro médico del trabajo? No. Las sociedades de convivencia son solo bisutería, gays y lesbianas merecen algo mejor... el matrimonio civil…”
“Solo quiero referir a un artículo que publiqué en un debate con Enrique Serna sobre el tema en Nexos en mayo de 2005. Al final de éste decía:
"La sociedad mexicana está viviendo una revolución silenciosa que no sale en los medios: muchos gays y lesbianas-especialmente jóvenes - han decidido dejar de ser cómplices de la homofobia y prefieren ser honestos. Estos pioneros prueban que la heterosexualidad y la homosexualidad no son moralmente diferentes, prueban que son humanos como todos y merecen vivir vidas con amor, palabra que casi no se escucha en el debate. Para la sociedad mexicana la única elección es entre reconocer el matrimonio civil para todo tipo de ciudadanos o alienar a los ciudadanos no heterosexuales. No hay ningún interés público en la última opción. Es hora de que los partidos se pongan al nivel de la nueva realidad social mexicana.
La dirección del viento se siente... El derecho al matrimonio libre, a casarse con quien uno quiera, es un derecho humano elemental (el número 16 de la Declaración Universal). Ni el Estado ni la religión tienen interés alguno en fomentar el odio, sino la convivencia social. El amor - no el odio - es lo que deben de apoyar. Porque el amor no es derechas ni de izquierdas, sino lo correcto."
Yo mismo coincido con Alfredo Narváez. Aunque la iniciativa ya está, me parece que el inicio (disculpa la redundancia) es flojo, débil en la forma. Concretamente en una parte de la propuesta del diputado Díaz Cuervo se dice claramente lo siguiente: "La Ley de Sociedades de Convivencia, en ningún momento ha pretendido incorporar el derecho de adopción. El Código Civil establece con precisión las condiciones bajo las cuales los habitantes del DF podemos acceder al derecho de adoptar."
No se necesita mucha disposición para entender el mensaje; el derecho de adopción es sólo para y de los heterosexuales y agregaría que los “habitantes” del DF (otra vez, heterosexuales) son los verdaderos usuarios de ese pleno derecho.
Te dejo estos comentarios con la mejor intención de ampliar el debate hacia una verdadera igualdad para todos, sin excepciones.
A mis
viejos
maestros
de Marxismo
no los puedo
entender,
unos están
en la cárcel
otros están
en el poder
Desconcierto (poemínimos),
Efraín Herta (1914-1984)
un saludo
Pedro
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