noviembre 23, 2009
La izquierda extraviada, debate obligado
En medio de un país convulsionado, con una presidencia de la República confrontada con casi todos los sectores sociales, un Congreso incapaz de explicar los motivos reales de sus decisiones a sus representados, una clase empresarial poco solidaria y regresiva en su idea de desarrollo, y con un sociedad que no demanda, ni exige, ni vota con la vehemencia y claridad que debería, surge de nuevo el debate sobre qué propone y qué dice la izquierda.
Hoy, más que nunca, el país necesita una izquierda clara, organizada, crítica, democrática y abierta.
Por eso resulta pertinente que el domingo el presidente legítimo - sea lo que sea que eso signifique - presentó a la sociedad un 'decálogo' para sacar al país de donde está (valga decir que hay mucho de bíblico en los decálogos y mucho de profeta en quién los baja de la montaña). Supongo que López Obrador nos ofrece sus ideas para abrir un debate nacional y que las discutamos, esperando que desde ese intercambio aparezca una rendija de luz para una nación extraviada y triste. No creo que sólo quiera que nos sumemos irreflexivamente.
Por ello es que desde este espacio doy mis humildes opiniones sobre este documento y lo que, en opinión mía, le falta.
Parto de la idea básica de que hoy la izquierda debe dejar las consignas y los dogmas, y ofrecerle a México propuestas posibles, útiles y que transformen la forma de hacer política e implementar un nueva política pública en nuestro país.
De poco sirven frases como 'austeridad republicana' si no ponemos el énfasis en terminar los programas asistenciales y populistas y los reemplazamos por proyectos de desarrollo de economías locales y regionales.
De nada sirve 'democratizar' los medios de comunicación si somos incapaces de respetar la vida institucional y democrática más elemental.
Creo que la propuesta del sector más dogmático la izquierda, reflejado en López Obrador, nos da la maravillosa oportunidad de empezar, en serio, a discutir un proyecto de nación, que ni alterno, ni alternativo, sea posible tomar en serio y no sólo asumir, cínica y lamentablemente, que es una lista de consignas.
Van pues mis opiniones sobre el 'decálogo'.
1. Rescatar al Estado y ponerlo al servicio del pueblo y la Nación, principalmente en los casos de la minería, la industria eléctrica y el petróleo
NdelaR. La idea de rescate implica, de entrada, que hay buenos y malos. Malos que tienen 'secuestrado' al Estado y buenos que lo liberaran. Una propuesta política incluyente y sabia no puede darse el lujo de partir de estos maniqueísmos retóricos. Hay que devolverle al Estado su capacidad de redistribución de la riqueza, recolocarlo para proteger los intereses nacionales en los casos mencionados, pero también hay un tema que estará transversalmente ausente en estos puntos: los derechos sociales y su ejercicio. Tenemos, como izquierda, que darle al país un estado de derecho que garantice que la ley se cumpla, para todos. Que los derechos se respeten, para muchos y para pocos, para unos y otras, para minorías y mayorías. La ley debe volver a ser el eje rector de la acción de gobierno. Y ni el gobierno de López Obrador en el DF ni al frente del PRD fueron exactamente imperios de la ley.
Por cierto, en ningún lugar de este proyecto se plantea algo que debe ser central para el entendimeinto de un México distinto, la defensa del estado laico. Hay que detener el avance del conservadurismo y de las posiciones dederecha que emanan hacia el PRI y PAN desde la jerarquía eclesiástica.
2. Democratizar los medios masivos de comunicación, porque "es inaceptable que un pequeño grupo posea el control y administren la ignorancia en el país en función de sus intereses".
NdelaR. Esto suena muy bien sobre todo para avanzar una agenda que supone que en manos de los 'buenos' los medios estarían mejor. La verdad es que si bien es indispensable repensar el modelo con el que se concesionan y operan los medios electrónicos en México, la izquierda debería ser capaz de plantear la democratización, primero, de los ámbitos cercanos a la clase trabajadora y los sectores proletarios. Hay que democratizar la vida sindical en México. El PRD ha decidido ignorar el tema ahí dónde ha gobernado, y hoy los sindicatos de trabajadores de los estados, de Pemex, de la SEP, de las minas, de la UNAM, son espacios de corrupción, compra venta de votos, pero además lastres cotidianos del desarrollo cultural, social y económico de México.
Hoy la izquierda debería de apostar a dar libertades a las y los mexicanos para que desde ahí ejerzan su derecho a decidir quién los gobierna y cómo. Si queremos aspirar a que las nuevas generaciones sean distintas, debemos ir a la desaparición de los sindicatos charros, sean de los buenos o de los malos y contribuir a que todos los sindicatos se vuelvan espacios democráticos, de desarrollo de la gente y de defensa del jodido, no de lucro de su miseria.
Cambiemos el modelo de los medios de comunicación, pero de verdad, no para acomodar la verdad de unos sobre la de otros. Promovamos la democracia hasta dentro de los partidos políticos, y así será creíble que la izquierda sí tiene vocación democrática.
3. Crear un nuevo modelo económico
NdelaR. Esta es una de esas consignas que, socorridas al máximo, uno no sabe bien a bien que significan. En primer lugar porque ahí donde han podido incidir ene se modelo, aunque sea poco, no lo han hecho. La izquierda parece gobernar igual que cualquier otro en este país, sin promover sociedades sanas y transparentes con el sector privado, con el sector académico y con la sociedad. La critica sistemática a los impuestos es un boomerang que pagaremos cuando tengamos que explicar porque en un país tan miserable, con ingresos petroleros a la baja. Es la recaudación la única forma de redistribuir la riqueza. Pero en la coyuntura nada importa: criticamos todo lo que hace la 'derecha' y nos mostramos incapaces de ofrecer opciones que no sean 'nuevos modelos económicos'.
¿Comunismo? ¿Feudalismo? ¿De qué nos hablan con esa idea de que hay algo nuevo y maravilloso que la derecha, por malvada, no quiere hacer?
El futuro no está en algo así de pomposo. Está en la ley, en la seguridad jurídica para el trabajador y el empresario, en derrumbar los monopolios, todos, privados y públicos -incluida nuestra intransitable demencia sobre Pemex-, ofrecer talento y conocimiento a los que lo buscan, construir espacios de convivencia que promuevan la creatividad y la innovación.
Lugares como el Poli, la UNAM, la UAM deben ser motores del desarrollo económico, no islas alejadas de la vida pública, cercanas a la política, a la economía, a la sociedad.
4. Combatir las prácticas monopólicas
NdelaR. Como lo dije arriba, la competencia es un valor central en una democracia eficiente y justa. Si vamos por los monopolios, hay que ir por todos. Los privados y los públicos. Empezando por Pemex. ¿Se atreverán los dogmáticos?
5. Abolir los privilegios fiscales
NdelaR. Totalmente de acuerdo, pero eso implica tomar decisiones poco populares y ahí siempre mis apreciados amigos de la gayola lopezobradorista tuercen el rabo. Hay que construir un sistema en el que los ricos paguen mas que los pobres. En el que los desfavorecidos no tengan al sistema tributarios socavándolos. Por eso la izquierda debe apoyar que haya IVA a alimentos y medicinas. Eso es acabar con los privilegios. Para que la nueva loción de DolceGabana pague IVA, hoy no lo hace, que el Head’nShoulders pague impuestos. Que logremos eso no me parece una tragedia, pero obligaría a los tradicionales a recular ¿podrán?
Si queremos apoyar a grupos vulnerables hagámoslo con programas de apoyo directo pero no dejemos que el jabugo y el sushi sigan exentos de impuestos. Estamos frente a un tema de la mayor trascendencia y la izquierda ha tendido a ser muy hipócrita en esto. El acento no debe estar en los impuestos, es un mecanismo de redistribución de la riqueza, el acento debe estar en el gasto, en los tipos de programas, ahí es donde ha desaparecido la izquierda y hasta Fernández Noroña que fue tan aplaudido por encarnar el reclamo de miles de personas que no quieren pagar impuestos, desapareció de la escena cuando se discute el gasto. Porque ahí todos cuidan su parcela.
Requerimos una izquierda que sea capaz de dar esos debates con transparencia y defendiendo sus gobiernos, pero también sus convicciones.
6. Ejercer la política como imperativo ético y llevar a la práctica la austeridad republicana
NdelaR. 'Austeridad republicana' entendida como dejar sin papel y lápices a las oficinas de gobierno, como recorte en fotocopias, pero no como eficientizar los gobiernos, lograr más con menos, invertir en profesionalizar a los funcionarios públicos, capacitarlos, transformar los sistemas obsoletos en nuevos eficientes. La eficacia con eficiencia son el mejor ahorro de un gobierno, la austeridad es para los funcionarios y sus gastos y esas si bien irritan mucho no son significativas en una economía. Logremos que la izquierda sea austera, pero sobre todo que ponga la eficiencia por delante.
Sobre la ética solo puedo decir que como parte de un discurso suena hueco y que frente al actuar de la izquierda pues más hueco aún. Así que es tiempo de dejar de ofrecerlo y empezar a hacerlo. Porque al final el comportamiento ético tiene sentido cuando permite que las políticas publicas y las propuestas se hagan realidad y no se vuelvan irrelevantes frente a intereses personales, de grupo o tentaciones de gobierno.
7. Fortalecer al sector energético
NdelaR. Es difícil este tema, y más para la izquierda que esta atrapada entre progresar y los discursos nacionalistas recalcitrantes. El sector energético requiere, como en Cuba, Brasil, Suecia y otros país que podrían entrar dentro de algún nivel de respeto para la izquierda en la que el lector milite, cualquiera que sea, una participación de la iniciativa privada que sea transparente, útil y que mantenga bajo control estatal lo que en materia de seguridad nacional así se considere, no lo que los dogmas históricos obliguen.
Que Pemex sea intocable suena más a un retroceso que un avance, que la CFE y LyFC sean defendibles en automático suena a un absurdo insostenible, heredado del PRI de los setentas, no del México de hoy.
Además y sobre todo, es indispensable que la izquierda plantee el tema sustentable, que volvamos a las energías alternativas y que se ponga sobre la mesa una política firme para desarrollar energía nuclear, solar, eólica y otras de forma sostenida. Seguir debatiendo el petróleo es una trampa del pasado. El futuro esta en las energías limpias y renovables.
8. Alcanzar la soberanía alimentaría. Denunció que este año serán utilizados 16 mil millones de dólares para importar maíz, frijol, arroz, leche, y desechos de pollo, que el país podría producir.
NdelaR. Sin duda, es indispensable darle bríos renovados a nuestra capacidad agropecuaria. Para ello la izquierda debe ser punta de lanza en leyes de seguridad Alimentaria, hambre cero y acabar con la idea de que el campo sólo requiere de dinero. Requiere de nuevos derechos laborales y ejidales, de nueva tecnología y de un modelo que permita a los grandes y pequeños productores ser rentables. Aquí también hay que abandonar la posición fácil que culpa al TLCAN de todos nuestros males y aprender a reconfigurar los giros y producciones agrícolas.
La izquierda debe de alejarse activamente del lucro político electoral que se ejerce por todos los partidos sobre los campesinos con programas asistenciales y despensas, para entrar en políticas de mas largo plazo.
9. Establecer el Estado de bienestar, para proteger a los pobres, a los débiles y olvidados por la desigualdad social.
NdelaR. Imposible hacer eso si la izquierda no es capaz de recuperar su agenda de derechos y libertades. Tenemos que regresar a la lucha por TODAS las libertades y derechos sin distingo. Hoy por hoy la izquierda no lucha por los derechos en todos lados ni con la misma vehemencia. Las minorías han quedado marginadas por los 'grandes temas' sin entender que la lucha es transversal, que no la persona mas pobre en México es pobre de derechos, no sólo económicamente. La persona más pobre es una mujer, adolescente, indígena, madre soltera, que no habla español, analfabeta y seguramente abusada y violentada. ¿Cómo darle oportunidades reales a esta mujer? No es sólo con 500 pesos en efectivo y una despensa. No. Es con acceso a la justicia, a la educación, a vidas sin violencia, a programas alimentarios de alto calado. La pobreza debe ser vista integralmente por un proyecto de izquierda para nuestro país.
El cortoplacismo de lo urgente es un grillete del que hay que escapar para luchar sin tregua por el matrimonio universal, por el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, por abogados de oficio que tengan condiciones de defender a los marginados, a los indígenas, por el derecho a una seguridad Alimentaria que nos saque de la desnutrición crónica, por políticas de liberalización de las drogas.
La lucha por los derechos y libertades es larga y no puede la izquierda ignorarla o esquivarla.
Urge defender el estado laico, ahí si hay poderes facticos que detener.
10. Promover una nueva corriente de pensamiento para impedir el predominio de la corrupción, el engaño y el afán de lucro.
NdelaR. Esa nueva corriente debe sostenerse en el pensamiento critico. En el debate, la tolerancia y el respeto.
Si en la izquierda no somos capaces de debatir y confrontar ideas, movernos de nuestros centros y entender a los demás. De dejar posturas dogmáticas y escucharnos, leernos, respetar nuestras diferencias y construir sobre nuestras coincidencias.
La nueva corriente de pensamiento no puede ser diferente a la autocrítica y critica. No puede ser complaciente, dogmática, no puede partir del maniqueísmo, ni de las verdades absolutas. No puede ser permisiva consigo misma y exigente con los demás.
Pero la duda me asalta ¿seremos capaces de ello?
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8 comentarios:
Excelente como siempre mi estimado Lucky Lucciano.
Wow, muy buena entrada ya hasta la Twittee ... eso es una izquierda q piensa ... felicidades
Es la primera vez que lo leo y debo decir que me gusto su articulo. Considero que se aleja de opiniones propagandistas y que realmente pretende contribuir a una nueva izqueirda en el país.
Más que una izquierda de oposición, plantea una izquierda de alternativas, progresista y de evolución de los dogmas arraigados en la politica mexicana.
Me gustaría ver la posibilidad de colaborar con el movimiento social-democrata. No considero tener vocación de politico pero tengo la fuerte inquietud de emitir una opinión objetiva que contribuya a un pensamiento de izquierda como el que Ud. propone.
Mi nombre es José Manuel Leal y mi cuenta de correo personal es:
manuelochu@gmail.com
saludos
Fantastico analisis, refleja las ideas de una persona objetiva y sin prefencias partidistas, que es justo lo que necesitamos para cambiar las condiciones de nuestro país. En verdad necesitamos ser mas criticos, objetivos y sobre todo, ser ms participativos de la vida nacional. Solo una sociedad responsable puede generar cambios verdaderos, nuestros politicos lo unico que hacen es pensar en como ganar popularidad y enriquecerse a costa de sus representados. Tenemos que alzar nuestra voz y manifestarnos, de otra manera, seremos complices de la mala situacion en que nos encontramos como país.
Me gustó mucho este análisis que compartes. Realmente recaba mucho de lo que yo en mis deducciones he llegado.
Ahora lo que me gustaría preguntar es porqué no se hubo hablado mas de esto en las últimas elecciones.
Varios jóvenes lo esperábamos. De quien viniesen. Desgraciadamente sólo vimos la parte de la campaña en medios masivos, que si bien estoy de acuerdo con los puntos expuestos me hubieran gustado más estos como bandera.
Pero bueno, agradezco por seguir el proyecto en el cual sinceramente creo.
Que bueno que tengas seguidores, que crean lo que escribes, que te compre quien no te conozca, porque si hay alguien que es deshonesto y que le ha pegado a la izq ha sido tú, como puedes dormir después de que ayudaste a acabar al último reducto de aunque muy débil, izquierda progresista del país, ahh, ya sé como duermes!! Tienes toda la lana del mundo que te quedaste cuando se liquido Alternativa. Vive con eso. Spurio.
Chaquetero
No me considero de izquierda, pero ésta es la oposición que me gustaría tener, una izquierda pragmática y no dogmática.
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