diciembre 25, 2011

El epicentro del 2012

El 6 de julio de 1997 se daría la primera elección de diputados locales y Jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Después de años de forcejeos y pugnas se había acordado la elección y los partidos se aprestaban a dar lo que sería la batalla intermedia más importante `e los tiempos recientes.

Ese año Cuauhtémoc Cárdenas debatía con su grupo cercano sobre cómo construir las condiciones más propicias para que las elecciones del 2000 significaran el final del PRI en los Pinos.

El debate era complicado y las condiciones nacionales las agravaban. Crisis económicas, crisis sociales, guerrillas y violencia eran la vida cotidiana. Frente a esto existían dos rutas, ir a pelear el Distrito Federal o seguir el camino hacia la presidencial. El riesgo era grande, si Cárdenas ganaba la ciudad se abrían caminos para crecer políticamente. Si perdía podía ser la estocada final para el movimiento de transformación que necesitaba el país.

La decisión final es por todos conocida, Cárdenas optó por jugarse todo en el Distrito Federal y mandar una señal a todo el país de que el PRI podía ser derrotado.

Para alcanzar el éxito la izquierda tendría que lograr hacer su mejor campaña, una moderna, dinámica, que conectara con toda la población y diera certezas sobre el futuro.

La idea central de esa campaña era sencilla y poderosa: recuperemos nuestra ciudad. Ése era el llamado que hacía el PRD para que en la primera elección las y los capitalinos votáramos y confiáramos en la figura Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

La campaña resultó exitosa por varias razones. En primer lugar el llamado era muy pertinente, el deterioro de la ciudad y el deterioro de la democracia en México hacían del cambio un fenómeno inescapable. La gente del epicentro político del país llevaba años con derechos limitados en materia política y además la tensión hacia el gobierno priista era ya enorme. Ahí pues residía la semilla más importante para que esta campaña prosperara. Había que recuperar la ciudad.

En segun`o lugar, se consiguió la primera campaña verdaderamente profesional de la izquierda mexicana.

Spots de primera, estrategia de marketing, uniformidad estética, la inversión planeada. Los resultados fueron evidentes, frente a una buena campaña, con buena manufactura y eficiencia comunicacional, la izquierda se alejó de esa imagen rijosa y contestataria que capitalizaba tan bien el gobierno priista. Logró alejarse de la marginalidad y volverse una oferta transversal.

Incluso fue en 1997 cuando por primera vez se dio una contienda en Internet, los tres contendientes más importantes tuvieron sus propios sitios web y aun con las incipientes tecnologías de esa época se gestaron debates electrónicos importantes.

El 6 de julio la ciudad de México le dio su primera gubernatura a la izquierda y con el 48 por ciento de los votos Cárdenas venció a Alfredo del Mazo, del PRI, y a Carlos Castillo Peraza, del PAN.

La gestión del Ing. Cárdenas con claroscuros y de sólo tres años permitió que el PAN avanzara con Fox e impulsó el segundo triunfo en el año 2000, fecha en la que Andrés Manuel López Obrador encabezó la izquierda en la ciudad.

Seis años después, con una historia muy distinta, la ciudad de México otorogó a la izquierda y a Marcelo Ebrard un tercer triunfo consecutivo.

La persona que encabece el Gobierno de la ciudad enfrentará la disyuntiva de dar marcha atrás a lo logrado por sus antecesores e implementar políticas públicas contrarias a las de la izquierda, por un lado, o mantener la mira en la construcción de una sociedad más libre, que ejerza sus derechos y goce de los servicios que, por ley, la administración capitalina le ha de proveer.

Frente al 2012 el valor estratégico de la ciudad regresa como espacio crítico y de conjugación para la diversidad, retoma su relevancia electoral como eje de debate y por ello será crucial para el desenlace del 2012. El Distrito Federal volverá a ser el epicentro de la lucha política y electoral.

El PRI requerirá de sus candidaturas más afiladas, con mejor discurso y trayectoria para darle a Enrique Peña la ventaja y credibilidad que necesitará. El PAN tratará de tener una candidatura que respalde la fórmula presidencial y al mismo tiempo le permita recuperar el espacio que ha perdido como oposición en la ciudad y el PRD tendrá que tener la carta con mejores credenciales progresistas y de experiencia profesional para garantizar a la gente que esta ciudad no será botín de clientelas o grupos de interés, sino, por el contrario, un espacio para que las libertades y los derechos se sigan consolidando.

Twitter: @lucianopascoe

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